Existen placeres como un corte de carne de res, cuya calidad y frescura despiertan los cinco sentidos, al aflorar su delicioso aroma y gusto reconfortante, exaltado por el marmoleo de un trozo recién salido del fuego, con la jugosidad de un término medio, espolvoreado con sal de mar, en un provocativo encuentro que nos hace disfrutar intensamente la experiencia.

En Harry’s Prime Steakhouse & Raw Bar en Polanco ofrecen una degustación kobe, integrada en esta ocasión por un corte wagyu americano, otro japonés y otro más australiano. Observamos que deben cuidar la cocción, porque nuestra degustación llegó sin esa jugosidad que requiere y ya no quisimos regresarla porque se antojaba a rabiar.

El costo de este plato está regido por la calidad que ostenta sólo el 1 por ciento de la carne premium que se produce en el mundo.

Esta exquisitez requiere conocimientos avanzados en métodos de conservación, y para exaltar sus excelentes propiedades, exige una cocción al grill que requiere experiencia y dominio para hacer de un trozo de carne un bocado del cielo para el paladar.

De res o ternera, la carne de Kobe, conocida como Kobe Beef, es una de las más apreciadas por el mundo gourmet. Los animales, antes de ser sacrificados, reciben diversos cuidados, entre los que se incluyen masajes, que relajan sus músculos y hacen la carne más tierna, además de ser alimentados con cerveza y granos diariamente.

Como entrada, unas tostaditas de cangrejo desmenuzado con una salsa de chile habanero, que estaba estupenda, con la frescura del marisco indispensable para potenciar sus propiedades gustativas, de delicado gusto marino, que al integrarse con tropiezos de vegetales frescos como pepino y el sutil dejo picante, casi adictivo, del chile, hacen de este bocado uno muy recomendable.

Nos decantamos por un vino de uva Albariño, un blanco gallego refrescante que marida de maravilla con el marisco y el ligero picante del chile habanero neutralizando con su delicada acidez la fusión en boca.

Las manos de cangrejo de Alaska resultaron de lo mejor, cocinadas a la parrilla con ese ahumado exquisito que concentra el sabor de un marisco de agua fría, que disfrutamos sin necesidad de poner aderezo alguno y para los que así lo prefieren, unas gotas de limón son suficientes para dejar aflorar lo mejor de este producto del mar.

El pan brioche recién salido del horno es una delicia que se agradece, esponjoso, de agradable retrogusto dulce y perfumado con hierbas aromáticas, que disfruté en compañía de divertidos cómplices de correrías gastronómicas, que estaban encantados con el reconfortante gusto y delicada textura de cada trozo que degustábamos.

Como guarnición nos decantamos por el puré de papa con trufa, ideal para acompañar el jugoso sabor de la carne. Confeccionado con el tubérculo, mantequilla y aceite de trufa para imprimirle ese retrogusto intenso, que complementa la experiencia.

En Harry’s orgullosamente ostentan la certificación USDA Prime y una cocción en hornos a mil grados centígrados para garantizar que los cortes lleguen a la mesa con la cocción óptima, exaltando esa jugosidad y sabor indispensables para el completo disfrute de este plato, que requiere conocimiento y destreza.

Como postre, disfrutamos la degustación que cuenta pequeñas presentaciones que te permiten probar más de uno, dejando en paladar una agradable sensación dulce para cerrar una animada comida-cena de fin de semana.

Enhorabuena al servicio y atención en comedor. Esperamos regresar para probar otros platillos.

celia.marin@eluniversal.com.mx

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