Desde hace 25 años, José Luis Romo Martín radica en Querétaro, pero el pintor otomí es originario de Chilcuautla, Hidalgo, descendiente de una familia de artesanos; su lengua materna es el hñähñu, el español es el idioma que aprendió a los 16 años para continuar con sus estudios, y el arte es el lenguaje que adoptó para comunicarse con el mundo.

Orgulloso de sus orígenes, Romo Martín tomó la pintura y escultura para honrar su historia y su cultura; su obra más reciente muestra máscaras de dioses prehispánicos hechos en penca de maguey. Ocho de esas máscaras, seis esculturas y 18 cuadros de diferentes técnicas forman parte de la retrospectiva que exhibe el Museo de Arte, y que permanecerá en este recinto hasta el 21 de abril.

La inauguración fue en el Festival de la Lengua, Arte y Cultura Otomí, que se realizó para festejar el Día Internacional de la Lengua Materna, por iniciativa de la Universidad Autónoma de Querétaro y con apoyo del Instituto Queretano de la Cultura y las Artes.

Romo Martín viene de una familia de artesanos, “desde muy niño me enseñaron a combinar los colores. La artesanía merece mis respectos, porque es una parte de la creatividad”.

De Hidalgo emigró al DF, en donde trabajó enmarcando obras de destacados pintores mexicanos. Después ingresó a la Escuela de Pintura, Grabado y Escultura “La Esmeralda”, además de ser asistente del afamado pintor Gunther Gerzso.

No cree en la inspiración sino en el trabajo y la disciplina, “a veces me apasiona tanto que me quedo más de 12 horas pintando, y soy como todos, tengo mis momentos muy difíciles como cualquier ser humano, en ese proceso de desarrollo me van surgiendo ideas y las voy madurando”.

Las piezas de esta muestra representan el trabajo que Romo Martín realizó entre 1980 y 2012. Su obra total asciende a mil 240 piezas, entre pinturas y esculturas.

Sobre su trabajo más reciente, máscaras sobre la hoja de maguey, el pintor dijo que usó este material para revalorar la historia de esta planta mexicana, de la cual se extrae el aguamiel como un producto medicinal, y el pulque y la fibra para realizar diferentes productos y utensilios.

Romo Martín llegó a vivir a Querétaro hace 25 años y es en esta ciudad donde tiene su estudio.

El pintor decidió radicar en este estado porque sus hijos se trasladaron a la ciudad para realizar sus estudios profesionales, “yo no conocía Querétaro y desde la primera vez me enamore de él. Hace 25 años no había el desarrollo que hay, hoy en día puedo decir con certeza que es el centro más importante cultural y económicamente hablando”.

Después de abril, las obras sobre maguey se presentarán en el Museo de la Máscara de San Luis Potosí. También se tienen programadas exposiciones en Monterrey y en el DF; y para 2014 irá a Asía y Europa.

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