Cuenta la leyenda que por los salones y pasillos del restaurante, deambula una monja Clarisa, del Convento de Santa Clara, entra y sube por la escalera de elegante herrería. Algunas personas afirman que viste el hábito del Hospital del Divino Salvador, casa para mujeres dementes que se encontraba en la parte trasera del inmueble.

Fue la mañana del 13 de abril de 1999, cuando se rompió una manguera de la pipa que le surtía gas. Inmediatamente el fuego quemó el salón principal, por fortuna no afectó la estructura del hermoso edificio colonial, que data de 1700.

Una de las obras dañadas por el incendio fue una interesante pintura de la poetisa mexicana Sor Juana Inés de la Cruz y otra de Juan de la Borda, ambas realizadas por el artista Carlos González en 1935 y 1937. En la actualidad, un par de reproducciones decoran el salón principal.

La cocina no sufrió ningún daño, quedó intacta, así como el pasillo de la parte derecha, el cual fue habilitado de inmediato para los clientes asiduos al tradicional restaurante.

Los trabajos de remodelación en el salón principal, empezaron de inmediato con el firme propósito de borrar la imagen del lamentable incidente.

En ese entonces se tenía un proyecto de ampliación hacia la parte de atrás, por lo que se contaba con una buena cantidad de sillas y con una réplica de la puerta, que es la que se puede ver actualmente, ya que la otra quedó en cenizas. Esto ayudó al Café de Tacuba a estar abierto al público nuevamente en un mes.

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