La tauromaquia es una tradición histórica que comenzó en los últimos reinados del Imperio Romano y que se sigue conservando en diversos países, enalteciendo a los toreros que arriesgan su vida en cada faena realizada.

En 2013, se conmemora el 50 aniversario de la Plaza de Toros Santa María, que fuera mandada a construir, en 1963, por Nicolás González Jáuregui junto con el arquitecto Eugenio Urquiza.

Una de las fechas más esperadas por amantes de la tauromaquia será la corrida de este 25 de diciembre, con la cual se cierra la temporada taurina en Querétaro.

El cartel presenta al rejoneador Alejandro Zendejas y a los matadores: Octavio García El Payo, Diego Silveti y Alejandro Talavante.

En la presentación de los toros que serán lidiados en la corrida, estuvieron presentes Diego Silveti y Alejandro Talavante, quienes en una entrevista para El UNIVERSAL Querétaro recordaron momentos importantes de su carrera en el ruedo.

Diego Silveti: ¿Cómo inicia tu pasión por la fiesta brava?

Desde que nací, soy torero de nacimiento y de vocación. En mi familia somos la cuarta generación de Silvetis toreando y antes que tener un balón tenía una muleta.

¿Qué sientes cuando sales al ruedo?

Nervios y miedo, no sólo al toro, también al público, la presión y al fracaso. El jugarte la vida no es normal y, aunque se hace con gusto, conlleva gran responsabilidad.

¿Qué esperas para esta corrida del 25 de diciembre?

Estoy muy contento por regresar por tercer año consecutivo a esta plaza.

¿Cuál ha sido una de las corridas más especiales para ti?

La corrida del año pasado en esta plaza la recuerdo con ilusión, ya que corté dos orejas, había un gran ambiente y la gente me apoyó mucho.

Alejandro Talavante: ¿Cómo iniciaste en la tauromaquia?

Desde pequeño, nació de la admiración al toro y después de quien se pone adelante, el torero. Poco a poco me fui metiendo y cuando me di cuenta ya no podía salir.

¿Qué sensaciones tienes al torear?

Son muchas sensaciones las que alberga el torero. Por un lado, está la adrenalina que provoca tener un toro delante, el placer de superarla, controlarla y tener un estado tranquilo con un peligro tan evidente. También está la presión artística de sacar todas tus vivencias.

¿Qué esperas de la próxima corrida?

Estoy muy ilusionado, el torero vive de ilusiones, en especial, en una plaza con tanta categoría y en una fecha tan señalada como es el 25 de diciembre. Torear en este lugar es un orgullo.

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