En esta ocasión el corazón de la ciudad de Bra, fue invadido por quesos pero también por panes, mieles y confituras de más de 60 Baluartes Slow Food que se presentaron con la nueva etiqueta narrativa: un sistema de etiquetado pleno de información sobre los productores y las razas protagonistas de los proyectos, sobre las técnicas de producción, los territorios de procedencia y el bienestar animal.

En cada stand se descubría la biodiversidad de las producciones queseras, desde África hasta los Balcanes, pasando por el Mediterráneo para llegar a los Alpes y los pastos de la Europa del Norte.

¿QUÉ ES UN BALUARTE?

Los Baluartes protegen a producciones en riesgo de desaparición, ponen en valor terruños, recuperan antiguos oficios y técnicas de elaboración, salvan de la extinción a razas de hortalizas y frutas.

La participación de los Baluartes es posible gracias a la ayuda de ESSEDRA, un proyecto financiado por la Unión Europea, puesto en marcha por Slow Food y asociados de los respectivos países a fin de recoger y valorar la biodiversidad en los Balcanes y en Turquía.

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