Desde principios del siglo XX, los judíos asentados en México, quienes llegaron desde la segunda mitad del siglo XIX, algunos invitados por el presidente Porfirio Díaz para invertir en México, como fue el caso de los provenientes de Francia, Inglaterra, Alemania y EU, otros huyendo de las persecuciones en Medio Oriente, Europa Central y Oriental, buscaban reunirse como comunidad para crearse una identidad y ayudarse mutuamente.

Y aunque la mayoría de ellos tenían como objetivo emigrar a Estados Unidos para realizar el american way of life, el 14 de junio de 1912 fundaron en México la primera comunidad que abrigaría a todas las familias judías que residían en la República Mexicana: la Sociedad de Beneficencia Alianza Monte Sinaí, entre cuyos objetivos estaba el de ayudar a los nuevos inmigrantes que llegaban al país y el de cubrir ciertas necesidades de la comunidad, como lo hicieron en 1914, con la compra de un terreno en la Calzada México Tacuba, para la creación de un panteón.

De esa primera organización judía, reconocida por el gobierno mexicano, emanaron las diversas comunidades que hasta hoy existen en México, las cuales se diferenciaron principalmente por la región de origen de los inmigrantes que las conformaron: los ashkenazí, procedentes de Europa; los sefaradís, de Turquía y los Balcanes; los de la Alianza Monte Sinaí, originarios de Damasco; y los de la comunidad de Maguén David, provenientes de Alepo, en Siria.

Este año, estos diversos grupos, unidos por la fe y las tradiciones, celebran en conjunto el centenario de su fundación como comunidad. Como un grupo cultural que ha contribuído en los diferentes ámbitos de la vida en México

“Se trata de celebrar a esa comunidad unida, permanente y única que se unió en 1912 como Beneficencia Alianza Monte Sinaí. Se trata del festejo de toda la comunidad judía”, expresó ayer Alicia Gojman de Backal, directora honoraria del Centro de Documentación e Investigación de la Comunidad Ashkenazí en México, durante su participación en la primera mesa del Congreso Internacional 100 años de vida institucional judía en México. Mosaico de experiencias y reflexiones, que se inauguró ayer en el Museo Nacional de Antropología.

El encuentro, que continuará hoy y mañana, fue inaugurado por el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro Robles, quien destacó las aportaciones que esta comunidad ha hecho en los distintos ámbitos del país.

“Hay una enorme cantidad de gente que se ha destacado por su trabajo y sus aportaciones, lo mismo en la cultura que en los servicios, en la empresa y la industria como en la investigación, lo mismo en las artes que en las humanidades y las ciencias sociales. Aquí hay mucha gente con esa trayectoria”, destacó.

Acompañado de diversas personalidades, como la embajadora de Israel en México, Rodica Radian-Gordon, Narro Robles celebró que la sociedad mexicana siga siendo abierta, dispuesta a recuperar las enseñanzas, las trayectorias de otras culturas y de otros grupos, como los judíos, quienes llegaron a México hace 100 años, pero que aún conservan y respetan su herencia cultural.

Por su parte, durante su ponencia magistral “Miradas en torno al México del siglo veinte. Siglo de encuentro”, el historiador Javier Garciadiego, presidente de El Colegio de México, señaló que la historia de México ha estado marcada por el fenómeno de la migración, en distintas épocas y contextos, como fue el caso de los judíos, cuya presencia en el país se remonta a 1519, cuando llegaron los primeros españoles.

Garciadiego añadió que si bien México es un pueblo que ha abierto sus brazos para recibir al extraño, también ha extendido “el dedo flamigero contra el hermano descarriado”, como sucedió con la expulsión de los jesuitas en el siglo XVIII.

Grupo diverso

En la primera mesa del congreso, convocado por la UNAM, la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, de la UNAM, El Colegio de México, la Universidad Hebraica, el Comité Central de la Comunidad Judía de México y el Centro de Documentación e Investigación de la Comunidad Ashkenazi de México, la historiadora Alicia Gojman de Backal ofreció un repaso histórico sobre la comunidad ashkenazí en México, mientras que la socióloga Liz Hamui Sutton habló sobre el establecimiento de los judíos de Alepo en nuestro país.

En esa misma mesa, titulada “Origen de la vida institucional judía en México”, Carlos Martínez Assad, investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, habló sobre la convivencia cotidiana y comercial entre los libaneses y judíos, quienes a su llegada al país se asentaron en el barrio de la Merced, donde crearon una serie de comercios y espacios de convivencia.

El congreso continúa hoy y mañana con diversas ponencias, entre ellas la conferencia magistral “Un acercamiento a la cultura judía”, que impartirá mañana el doctor Miguel León-Portilla, a las 18:00 horas.

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