QUITO.— El cantante español Miguel Bosé abrazó, en Quito, la paz y la solidaridad en un concierto con el que se paseó por tres décadas de su producción musical, junto a unos 11 mil seguidores, a los que les pidió defender siempre su libertad y alejarse del “peor juguete” que ha inventado el hombre: la guerra.

Inmensas tiras de tela colocadas en ondas sobre el escenario a manera de techo inclinado dieron la bienvenida a un Bosé que apareció sobre las tablas con un pantalón rosa y chaqueta multicolor para comenzar más de dos horas de concierto.

Batería, teclado, guitarras y coros, ocho compañeros en total, secundaron a Bosé en su concierto en Quito, una de sus paradas en la gira Papitwo, nombre que heredó de su más reciente álbum.

Con una puesta en escena que no dejó lugar a improvisación alguna, Bosé se valió de cerca de una treintena de canciones para remover y despertar amores, pasiones y conciencias. Convertida en canción, la carta que un joven de 17 años escribió a sus padres antes de abandonar la trinchera le valió para apuntar que la guerra es “el peor juguete que haya inventado el hombre” y para rechazar la violencia.

“Soy un hombre de paz y digo: ‘A la mierda la guerra’”, subrayó.

Reclamó que la paz sea un “derecho natural” y apuntó que quizá los hombres han fallado en ponerle fin a la guerra.

“Quizá la clave esté en las mujeres en este momento, en que un día se junten todas y digan, ‘Esto (la guerra) se acabó’”, sentenció y arrancó gritos ensordecedores de sus seguidoras, que también lo vitorearon cuando habló de la importancia de la solidaridad que se ejerce -dijo-, porque dignifica tanto al que da como al que recibe.

En Papitwo, un espectáculo perfectamente sincronizado de luces, sonido y escenografía, Bosé se paseó por el escenario con menos baile que en conciertos de antaño, lo que no impidió torrentes de suspiros de fans.

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