Al dramaturgo Luis Santillán le gustan los osos polares y explorar universos femeninos, varias de sus obras presentan estas características como una marca de agua, y no podían faltar en su más reciente obra: Sarah Josepha (Si tuviera el valor), ganadora del Premio Nacional de Dramaturgia Manuel Herrera 2015, que se presentó en el 13 Festival de Joven Dramaturgia Querétaro 2015.

Sarah Josepha (Si tuviera el valor) deshebra la historia de una joven estudiante de preparatoria, víctima del abuso de sus compañeras de escuela, víctima de las rigurosas reglas familiares, víctima de su propio miedo.

La obra fue merecedora del Premio “por la solidez de la trama, por el uso equilibrado de la narración y el diálogo, y por la construcción contundente y completa del personaje”, dictó el jurado integrado por Fernanda Del Monte Martínez, Luis Mario Moncada Gil y Noé Morales Muñoz.

El personaje de Sarah Josepha se sitúa en un complejo universo femenino, tal y como le gustan a Santillán. “Me interesan muchos los universos femeninos, desde el principio, cuando comencé a escribir era lo que más me llamaba la atención; y que las actrices o las lectoras lo vean con verosimilitud y como más orgánico, eso es estimulante, eso es lo que alimenta mucho mi particularidad sobre los personajes femeninos. El caso de Sarah Josepha es la exploración de un mundo ficción, pero también está alimentado en lo que como autor estás padeciendo, en el sentido de las preguntas: ¿dónde está el valor de uno para hacer ciertas cosas? o ¿dónde está la capacidad de uno de integrarse socialmente?”.

La creación de los personajes es un acto gozoso para Santillán, aunque dice “tiene momentos muy tortuosos, angustiantes, frustrantes, pero tiene momentos de mucho placer, a mí me gusta mucho acompañar la vida de los personajes, verlos, espiarlos, y sí, tiene momentos de gran satisfacción”.

El ambiente en el cual deambula Sarah Josepha no es ajeno a la realidad, tampoco lo es el asesino o el suicidio, pensamientos que rondan la mente de esta atormentada joven, aunque el autor no realizó la obra basándose en documentos ni estadísticas sobre el bullying o los asesinatos entre adolescentes.

“Todo surgió como una necesidad íntima o como muy del ámbito privado, afortunadamente o no, hay un rebote de la realidad, ningún texto termina siendo ajeno a la realidad que compartimos, lo que me interesa mucho del personaje es el deseo de vengarse, de poder atreverse a detener un abuso y de cierta manera es la sensación de la sociedad, no solamente en el sentido de que somos agredidos por nuestros compañeros de escuela o trabajo, sino por la misma dinámica de gobierno, yo tengo la sensación que hay un deseo de venganza de la población en todos los niveles”, revela.

Falta más crudeza. Su acceso a la dramaturgia fue azaroso, cuenta Luis. Lo invitaron a participar en un taller de dramaturgia, tenía tiempo de sobra y dijo: “bueno, vamos a ver y fue divertido, era jugar a ser dramaturgo, o jugar a ser como los compañeros de las clases de dramaturgia que eran diferentes en su comportamiento, entonces comencé a jugar a ser como ellos (...)”.

Hoy Luis Santillán es un dramaturgo y director de escena reconocido. Entre sus obras destaca: La historia ridícula del oso polar que se quedó encerrado en el baño del restaurante (Ganadora del Concurso de Dramaturgia UAM – Xochimilco 2004); y Autopsia a un copo de nieve (Premio Nacional de Obra de Teatro, INBA-Baja California 2005).

Ha formado parte del Festival de Joven Dramaturgia Querétaro, como espectador, creador y ahora como director técnico. Ante la pregunta de qué es lo que necesita el festival para futuras ediciones, dice que más rudeza, más crueldad.

“Tengo la impresión de que vendría a bien una confrontación más ruda, recuerdo mucho que en los primeros años que te invitaban como autor, no sabías si era un castigo, porque sabías que tu texto iba a ser puesto a prueba de una manera cruda, pero al mismo tiempo, resistir estar en Querétaro significaba que algo estaba funcionando en el texto, había una confrontación muy cruda en el texto y eso provocaba que mucha gente se esmerara en profundizar e intensificar el estudio de su hacer y eso creó la gran formación de dramaturgos, y ahora ha perdido cierta crueldad”.

En cada emisión del Festival hay más interés por participar, y eso, agrega Luis, es estimulante porque demuestra que la dramaturgia mexicana es muy sólida, se ha fortalecido mucho y diversificado.

Y seguirán surgiendo más escritores dedicados a la dramaturgia, segura Luis Santillán, “porque es una necesidad, me parece que una de las particularidades de la dramaturgia es que el punto de vista del autor siempre será necesario, porque solamente por medio de ese punto de vista vamos a poder analizar y cuestionar esa realidad en la cual estamos coexistiendo, por eso creo que siempre habrá nuevos dramaturgos”.

Google News

TEMAS RELACIONADOS