Tradición familiar, historias entrañables de amistad y una enorme calidez para el cliente es lo que podrás encontrar en el Bar 201, un sitio en donde siempre buscan “lo malo hacerlo bueno y lo bueno hacerlo mejor”.
Don Saúl Rivera Villalva nos abrió las puertas de su cantina para contarnos el origen de esta tradicional taberna queretana de la cual es el segundo dueño y desde hace 45 años mantiene vivo el lugar.
Durante la segunda Guerra Mundial, el Escuadrón 201 fue una unidad de combate mexicana muy importante para el país; familiares del señor Ezequiel Rivera —fundador original del bar— fueron enviados a luchar durante 1942, es por ello que en honor a los soldados deciden utilizar el número 201 como nombre oficial de este lugar.
El bar fue instalado en la calle de Gutiérrez Nájera en 1944, Saúl Rivera, quien en ese tiempo se dedicaba a arreglar sinfonolas, acudía al 201 a reparar constantemente el aparato musical y con el paso del tiempo formó una gran amistad con Ezequiel Rivera.
En 1999 el dueño original decide ofrecerle a su gran amigo Saúl la posibilidad de quedarse con la licencia sin pedirle nada a cambio más que el simple hecho de continuar con el negocio.
Años después mudan la taberna a su actual ubicación: Ejército Republicano número 33A, en donde hasta la fecha tres generaciones forman parte del 201, hablamos de Saúl Rivera hijo y Fernando Rodríguez nieto, quien es el más joven y el nuevo integrante de la familia en el mundo de las cantinas.
“Llevo tres años trabajando con mi papá y abuelo, es padre conocer todo tipo de gente, pienso seguir en la tradición familiar si Dios me lo permite”, expresó Fernando.
Cuando el lugar se abrió en Ejército Republicano constaba únicamente de un espacio pequeño, actualmente se encuentra dividido en tres zonas: la barra, el área de la rockola y una sección un poco más tranquila, todas decoradas con diferentes cuadros alusivos a los toros, Querétaro antiguo y algunos artistas tradicionales mexicanos.
Debido a que en el bar llevan 15 años sirviendo chamorro como botana los días martes, viernes y domingo, el mismo Saúl ha bautizado la taberna como “La casa del chamorro”, garantiza ofrecer el mejor chamarro de la zona.
“Trabajar en una cantina es bonito, convives con la gente, haces muchos amigos y me gusta ver a los clientes disfrutando un ambiente familiar”, comentó.
Saúl Rivera Villalva comenzó a trabajar detrás del mostrador desde los siete años de edad con su papá en una fuente de sodas, ubicada en el Mercado de la Cruz.
En el Bar 201 puedes degustar los diferentes platillos que ofrecen con el consumo de tres bebidas como caldo de res, espinazo a la vinagreta, caldo de pescado, consomé, entre otros tantos que van cambiando diariamente en el menú. El ticket promedio es de 120 pesos.