Saúl Hernández, Alfonso André, Sabo Romo y Diego Herrera hicieron estallar los corazones de los queretanos con un show que superó las expectativas, con éxitos como “Ayer me dijo un ave”, “Viento” y “Aquí no es así” que fueron coreados a todo pulmón por los nostálgicos roqueros asistentes.

Con 30 años de carrera, la banda continúa demostrando en los escenarios la razón por la que es conocida como un icono del rock mexicano. Miles de fanáticos se dieron cita para ser testigos de un espectáculo en el que imperó la energía positiva, además de la excelente calidad musical.

Poco a poco la noche comenzaba a ser más fría, pero la temperatura no fue impedimento para que cada vez más seguidores llegaran emocionados con playeras, sudaderas e incluso letreros con el nombre de Caifanes.

Minutos después de las 21:00 horas las luces se apagaron, los asistentes no pudieron evitar soltar gritos de júbilo mientras sonaba la melodía de “Será por eso” y los integrantes salían a ocupar sus lugares.

A partir de ese momento la noche se convirtió en un homenaje a la buena vibra; el vocalista interactuó en varias ocasiones con el público al hacer hincapié en la importancia de ser seres de paz, movimiento social y amantes de la vida.

“El aplauso esta noche es para ustedes raza, no para Caifanes. A todos ustedes les digo que a la vida no hay que tenerle miedo, sino coraje, al amor no hay que tenerle miedo tampoco”, expresó Saúl Hernández.

La noche continuaba y parecía que la lista de canciones era interminable, pues la banda se encargó de hacer un viaje en el tiempo a través de éxitos desde su primer disco lanzado en 1988.

Una de las sorpresas fue ver a una gran cantidad de niños y jóvenes corear cada una de las melodías interpretadas, saltar y emocionarse al escuchar a los rockeros, a estos chicos el vocalista los bautizó como “los nuevos Caifanes”.

Durante dos horas los fanáticos disfrutaron de un juego de luces y proyecciones mezcladas con el sonido característico del grupo, piezas elementales como “Perdí mi ojo de venado”, “Nubes”, y “No dejes que” erizaron la piel de los asistentes.

Un momento crucial del concierto fue cuando todo se quedó en silencio, Saúl tomó el micrófono y expresó que solo la sociedad puede sacar adelante al país, así como la necesidad de construir entre el pueblo una estructura para los derechos humanos.

“Las cosas no están bien y no han estado bien durante muchos años, pero con tu fuerza, con tu apoyo, unión y solidaridad esa estructura se va a fortalecer como nunca. Tenemos que estar unidos y defender nuestra sociedad y nuestra nación”, dijo con orgullo.

Por otra parte previo a la interpretación de “Antes de que nos olviden”, honraron a todas las personas asesinadas en México por distintas causas, desde feminicidios, periodistas caídos en su labor, jóvenes estudiantes que luchan diariamente por salir adelante como los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, entre otros.

El show concluyó, los fanáticos se esparcían para dirigirse a sus casas, algunos se quedaron frente al escenario esperando que Caifanes saliera nuevamente a ofrecer más rock. Los gritos de “¡Otra, otra!” eran más fuertes a cada segundo.

El cuarteto cumplió las peticiones, subieron para cerrar con broche de oro con otras cuatro o cinco melodías más, entre ellas el clásico “La negra Tomasa”, pieza con la que se desató una gran fiesta, todos los asistentes bailaron al son de “estoy tan enamorado de la negra Tomasa”; incluso los elementos de seguridad, el staff del concierto y los vendedores no pudieron evitar mover el cuerpo y con ello despedir la velada sonora llena de rock y mensajes de conciencia social.

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