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El público que vio a Sylvia Kristel en el cine con su personaje de Emmanuelle se quedó con la imagen de la joven dispuesta al sexo extramarital, la experimentación erótica con mujeres y el desnudo sensual en una silla.
“En realidad —dijo el cineasta Just Jaeckin ayer al enterarse de la muerte de la actriz— Kristel fue una mujer maravillosa muy pura, muy inocente. Pero la huella que le dejó Emmanuelle fue muy dura para ella”.
La misma Kristel, en sus últimos años, estuvo consciente de la ambigüedad provocada por la película dirigida precisamente por Just Jaeckin. La actriz nunca se arrepintió del filme pero señaló: “La gente no asume que John Wayne le dispara a las personas y monta a caballo los fines de semana”, dijo a un entrevistador holandés. “Pero sí creen que soy una ninfómana”.
En su momento, Sylvia Kristel estaba preocupada por protagonizar Emmanuelle, pero se animó pensando que pocos la verían. “Pensé: ‘vaya, esto no es fácil’. Estaba nerviosa, pero mi novio me dijo: ‘¿quién va a ver la película? La censura nunca la aprobará’”. Pero los censores sí la aprobaron y se convirtió en una clásica de la liberación sexual de la década de 1970.
Kristel murió de cáncer el miércoles a los 60 años, anunció su compañía de representación el jueves. La actriz había luchado contra la enfermedad por varios años. En 2005 dijo al diario holandés De Volkskrant que su ex pareja, el autor belga Hugo Claus, la había convencido de protagonizar Emmanuelle.
La historia erótica contaba las aventuras sexuales de un hombre y su hermosa y joven esposa en Tailandia. “Dijo, ‘Tailandia, qué lindo, nunca hemos estado allí y de todos modos la película jamás saldrá de Holanda, así que no avergonzarás a tu mamá’”, relató Kristel. “Al final, 350 millones de personas la vieron en todo el mundo”. Y la convirtieron en estrella internacional.
Kristel nació en una familia religiosa dueña de un hotel Holanda. Su belleza definió su carrera como modelo. Kristel también protagonizó las subsecuentes historias de Emmanuelle así como películas de Hollywood. Pero al mudarse a esta ciudad cayó en el mundo del alcohol y las drogas. ”Desearía poder saltar esa parte de mi vida”, dijo. Después regresó a vivir en Amsterdam, donde comenzó a pintar. Jaeckin expresó ayer que él y Kristel hablaron todavía la semana pasada. “Estoy muy triste. Emmanuelle nos trajo muchos problemas. Nos etiquetaron un poco. Fue un filme muy refutado entonces y ahora es una película de culto”.
Alguna vez, ya enferma, Kristel habló sobre su vida: “No espero mucho del más allá. Pienso que desde ahora, aquí, sé exactamente lo que es el dolor. Cuando pienso en el final de mi vida, digo: No hice nada pero pude haber hecho más”.
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