Fernando Ortiz Hernández es Nando Murio, así sin acento, dice que cuando uno muere los acentos ya no importan, pero Nando no está muerto y no puede morir en los próximos meses porque tiene que preparar para 2014 su primera exposición individual en Querétaro.

Su obra se encuentra en exhibición en la recién inaugurada galería La Jaula, y su proyecto de Entomología Onírica fue seleccionado en la categoría de artes plásticas para recibir un apoyo del Programa de Estímulos a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA 2013) que otorga el Instituto Queretano de la Cultura y las Artes.

“Gatos como tripas”

Nació el 8 de mayo de 1986, “ese día nació también Miguel Hidalgo y Costilla”. Tiene 27 años de edad, “y no sé qué es tener eso, sentí que ayer apenas acababa de salir de la primaria, tal vez y cuando tenga 50 no voy a sentir que haya vivido 50 años”.

De su etapa por el kínder tiene malos recuerdos, el carrusel le mareaba, no tenía amigos y nunca aprendió a sumar con sopa. “Me ponían tres caracolitos de sopa y dos caracoles de sopa y yo sólo veía sopa”.

Creció viendo cómics y series japonesas, de ahí comenzó a hacer sus primeros dibujos, a escondidas. No le gustan las películas de terror y las cosas del diablo le dan miedo. “Yo dibujé desde niño, yo hacía los gatos como tripas, hacía las tripas con las patitas y me decían: ¡Dibujas bien feo! Luego salió Dragón Ball y los dibujaba y me decían: ¡Ay hijo, dibujas puros monos del diablo, puros diablos haces tú! Y eso me deprimía bien feo, y empecé a dibujar a escondidas”.

Ya en la primaria consiguió sus primeros amigos y sí, cuando le explicaron con números reales, fue que aprendió a sumar.

Monos animados

En la secundaria y la preparatoria siguió dibujando. Un día llevaron a su casa un escáner y empezó a darle movimiento a sus dibujos. “Empecé a dibujar uno tras otro, tras otro, hasta que junté 500 dibujos, los escaneaba y los pegaba en Movie Maker para que corriera la animación”.

De su trabajo en la animación hizo su primera exposición individual en la Casa de Cultura del Cerrito Colorado, en 2007, por esa misma época también tenía su propio cineclub. “Después empecé a trabajar, y ya sabes, conoces a una chica y te enamoras, planeas, estás morro y luego todo se termina, entonces llegaba a la casa y no sabía qué hacer, busqué una terapia ocupacional y entré al taller de serigrafía de la Casa de Cultura Ignacio Mena”.

También tomó un curso de cine y fue así como realizó su primer corto que formó parte de la selección oficial de una muestra de cine realizada en Querétaro. El cine quedó de lado, mientras experimentaba en la gráfica, carteles de publicidad, ilustraciones en los que los personajes, animales y humanos, se unieron para crear un mundo propio, el mundo de Nando Murio.

Este año, Nando presentó el proyecto Entomología Onírica, que consiste en crear ilustraciones de insectos irreales y fantásticos, y fue seleccionado para recibir el PECDA 2013. Además por invitación de Gabriel Hörner, director del Museo de la Ciudad, para julio de 2014 tendrá su primera exposición individual en Querétaro, “ahora sí como un artista serio”, dice.

La obra de Nando Murio se ha expuesto en Laboratorio de la bruja, en la Galería Libertad como parte de la exposición colectiva de Ciudad Q y en una instalación; participó en el Zombie Fest y en el Bord Dripper, entre otras exposiciones colectivas. En Mérida presentó la exposición Bestiario y su obra también expuso en Valle de Bravo.

El trabajo de Nando Murio se basa en la experimentación, no se guía sobre un sistema estricto de creación, dice que no busca trascender, “yo soy una tostada de pata con mucho queso y crema, soy un objeto”, pero sí quiere que el espectador de su obra se sienta atraído, “espero que salga con una sonrisa, tranquilo o relajado”.

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