Todos los días, a las cinco de la tarde, la Virgen del Rosario dicta sus deseos a la vidente de la Nueva Jerusalén, comunidad de Turicato, Michoacán, y la ley de la Virgen se convierte en ley humana.

Esta historia se repite desde 1973, año en que la Nueva Jerusalén fue fundada por el padre Nabor Cárdenas Mejorada, primo hermano o sobrino del general Lázaro Cárdenas. Nabor se autonombró Papa y con su seductora palabra atrajo a gente de extrema pobreza para que se unieran a esta comunidad, en donde hoy padecen de excesos y violencia, cuenta J. Jesús Lemus, en su libro Cara de Diablo. La historia de la Nueva Jerusalén y el hombre que quiso ser Dios.

Entre 1993 y 1994, el periodista michoacano comenzó una investigación sobre la Nueva Jerusalén, atraído por la personalidad de papá Nabor. “Me comencé a apasionar con el sacerdote Nabor Cárdenas; cómo concentraba la gente, cómo incendiaba las pasiones dentro de la iglesia, cómo su pensamiento se convertía de pronto en ley, cómo seducía con la palabra, entonces, cuando lo comienzo a observar, veo que es un personaje que puede dar mucho para una nota informativa”.

Pero en los diferentes medios en los que trabaja, en aquel tiempo, no les interesó publicar la historia de la única teocracia en México. En 2008 fue acusado falsamente de pertenecer a una célula criminal y fue encarcelado en el penal de máxima seguridad de Puente Grande, Jalisco, en donde permaneció hasta el 2011. Y para sobrevivir al encierro comenzó a escribir crónica, reportaje, novela y poesía.

De ahí surgió Los malditos, crónica negra desde Puente Grande, y también comenzó a bosquejar Cara de Diablo, libro que luego de su presentación en Querétaro, organizada por el Instituto Queretano de la Cultura y las Artes y la Librería Cultural del Centro, continuará su promoción por Nayarit, Guadalajara, Ciudad de México, Oaxaca, San Luis Potosí, Guanajuato y Hermosillo.

En el 2011, el periodista ganó en Holanda el premio internacional Pluma a la Libertad de Expresión. Es autor de Mireles, el rebelde, y prepara otros libros para su publicación.

¿Nueva Jerusalén, cuándo se constituye?

—Desde junio de 1973, la constituyó el padre Nabor Cárdenas Mejorada, que luego fue conocido como papá Nabor, cuando él se hizo Papa; él funda la comunidad junto con la vidente Salomé, Gabina Romero, su nombre de pila, pero ella decía que la Virgen le dijo que se cambiara el nombre por el de Salomé, y se convirtió en su vidente. Al principio fueron 42 mil personas las que se fueron a vivir ahí, a la fecha quedan 35 mil personas que viven bajo una teocracia, porque ahí la Virgen habla todos los días a las cinco de la tarde, y le dice a la vidente (la actual vidente se llama Catalina Gómez) qué es lo que quiere de su pueblo. Y el obispo Martín de Tours (sucesor de papá Nabor), es quien hace que las leyes de la Virgen se conviertan en leyes humanas.

¿Y esto va a seguir?

—Va a seguir porque el gobierno no quiere entrarle, no sé cuál sea la complicidad del gobierno en esos excesos, podrían ser de libertad, pero es un exceso porque finalmente hay gente ahí que está padeciendo ese yugo, esa tiranía ideológica en la que están viviendo, porque hay niños que no van a la escuela a recibir una educación formal, hay mujeres que son violentadas, que son violadas, que son sometidas a violencia emocional con fines sexuales, hay secuestro, hay despojo, hay una serie de delitos que se pueden configurar dentro de esta comunidad, y el gobierno federal, ni el estatal, mucho menos el municipal, quieren entrar a ese lugar.

¿Cómo es la Nueva Jerusalén?

—Es un caserío que se formó en un predio que se conoce como ‘La Ermita’, se asentaron inicialmente 42 mil personas sobre unos terrenos que eran del general Lázaro Cárdenas, el padre se decía primo hermano del general Lázaro Cárdenas, otros que conocen su historia dicen que era sobrino, ahí hay una controversia porque no está bien establecida su relación, pero sí tenía parentesco directo del general Cárdenas, eso le permitió a Nabor tener acceso a esos terrenos donde está la Nueva Jerusalén. Es un pueblo hecho y derecho, donde la única ley que persiste es la ley que dicta la Virgen del Rosario, es una comunidad que vive ataviada con preceptos ideológicos del siglo XVI y XVII. Las celebraciones religiosas y la creencia principal es de que en cualquier momento el mundo se va acabar, por eso la gente reza todos los días.

¿A la muerte del padre Nabor no cambió nada?

—No, el padre Nabor murió en 2008 y cuando él muere se queda en su lugar el obispo Martin de Tours, y sigue al pie de la letra las enseñanzas que le dio Nabor, de sometimiento total a la población.

¿A quién va dirigido este libro?

—Yo trato de reunir los elementos periodísticos para informar y aporto elementos literarios para distraer. Está dirigido a cualquier tipo de público, es para cualquier gente que quiera leer y enterarse de lo qué está pasando en Michoacán.

¿Cara de Diablo y Los Malditos son libros que hiciste en la cárcel, qué más libros escribiste estando ahí?

—Hice seis libros dentro de la cárcel, en los tres años que estuve preso me dediqué a escribir, y creo que son seis libros, más otros apuntes, hice desde novela, crónica, reportaje, creo que hasta poesía hice. Escribí libros que son puramente carcelarios, que narran cómo se vive dentro de la cárcel, desde cómo sientes que la crujía te habla, hasta otros en los que dejaba volar el pensamiento.

¿Antes de estar en la cárcel habías publicado algún libro?

—No, libro no había publicado, antes de esto lo único que yo aspiraba era, como todo buen reportero, a que le publicaran la nota del día. Nunca había publicado un libro porque nunca me había animado a hacerlo, y pienso que nunca había tenido tema como para hacerlo, pero ahora que estuve en la cárcel me despertó la conciencia, no digo que me volví intelectual, sino que me volví más humano, empecé a ver con deteniendo los detalles, el principio básico de cualquier escritor es ver los detalles, es ver en la cotidianidad una historia y siempre habrá gente que quiera escucharla.

¿Hoy en día, cómo ves el libro de Los malditos?

Lo veo como el trabajo periodístico que nunca más en vida se podrá repetir, es el mejor trabajo periodístico que he hecho, porque yo espero en Dios nunca estar otra vez en la cárcel, para empezar. Los malditos es para mí como el trabajo máximo que puedo aspirar a escribir, porque es el libro que finalmente lo escribí más con el corazón que con las manos, porque era lo que sentía en ese momento.

¿Y los poemas que escribiste estando en la cárcel, los vas a publicar?

—Yo espero entregarlos en un libro, será cuestión de ponerme de acuerdo con la editorial, porque ya se los presenté, no creo que tengo nada que aporten a la humanidad, son nada más los poemas de un preso, pero pudieran tener algo de gusto para alguien.

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