Con tres décadas dedicadas a la comedia, el humor y el espectáculo multidisciplinario, el comediante mexicano Rogelio Ramos se prepara para el que busca sea el mejor año de su vida, pues está decidido a conquistar al público capitalino, donde arrancará los festejos por sus 30 años en los escenarios.

Cerró el 2015, el 31 de diciembre en “El Cuevón”, de Escenaria, y abre laboralmente el 2016 en el mismo sitio que se ha convertido en el lugar de sus éxitos, pues el 22 de este mes ofrecerá lo mejor de la comedia mexicana, en un show que incluye stand up, sketches, música y una rutina de comicidad.

Es, explica, un espectáculo más completo que el stand up, género que hoy vive un “boom” pero que él practica desde hace muchos años, incluso desde antes de que se le pusiera la etiqueta a este género, dice.  Sin embargo, standoperos como Jurgan, Franco Escamilla y otros, no dudan en llamar a Rogelio Ramos "El jefe de jefes".

La idea del show, añade, es que sea la primera de muchas presentaciones con las que quiere festejar la fortuna de contar con el cariño y el aplauso de la gente.

Entre lo que más agradece de estas décadas están satisfacciones, como abrir el escenario de figuras como Rocío Dúrcal, Manoella Torres o José José; también ha compartido la escena con nóveles estandoperos, a los que, dice, respeta y desea toda la suerte del mundo.

Mientras que entre las situaciones un tanto incómodas recuerda haber pasado por la muerte de sus padres y haber recurrido a la frase de “el show debe continuar”, porque para Ramos, su carrera se debe al público.

Sobre el impulso de la comedia a partir del “boom” del stand up, señala que respeta las corrientes que buscan hacer reír a la gente, esté de acuerdo o no con los temas, a veces se le hacen fuertes; pero, acota, está de acuerdo con que si es lo que a la gente le llama, hay que hacerlo.

No es que le asuste tratar temas fuertes, de hecho incluye todo, desde los hijos, la familia, la cotidianidad, todas las broncas que surjan “porque la vida así es, lo que pasa en la vida diaria, lo platicas, lo exageras le agregas un toque de humor y si tienes talento ahí hay un buen espectáculo”, que gusta porque el público en algún momento acaba identificado con esa cotidianeidad.

“Yo ahora, por ejemplo, tengo mucho que contar de la diferencia generacional, de los chavos y la tecnología; de 10 años para acá la tecnología ha dado pasos agigantados, apenas estás aprendiendo a usar un teléfono cuando éste ya está fuera de moda; yo como individuo he batallado mucho con eso”, acota Ramos, quien menciona cómo los comediantes se han beneficiado de estos nuevos medios para hacerse más famosos en menos tiempo.

Mientras que él—bromea— dio su primer show “en la Niña, la Pinta y la Santamaría” ha pasado ya 30 años picando piedra. Por eso, este año se meterá de lleno a ese esquema de promoción en redes sociales y celebrará por todo lo alto su 30 aniversario.

La idea, comenta, es estar más en la Ciudad de México, donde todo se cocina en el “showbussiness” nacional, y aprovechar ese momento de crecimiento exponencial que ha tenido.

Adelanta que será a finales de febrero o marzo cuando tenga definida la celebración, aunque ya sabe que tendrá que ser algo a la medida de lo que han representado estos 30 años de trabajo en los escenarios.

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