De nacionalidad mexico-keniana, la actriz, directora cinematográfica e icono de estilo platicó para De Última sobre su trayectoria, sus planes profesionales y lo que significa formar parte del selecto grupo de embajadoras de la firma Lancôme. Hija de refugiados políticos de origen keniano, Lupita Nyong’o nació en la Ciudad de México, donde sólo vivió un año; posteriormente cursó sus estudios en la Universidad de Nairobi, siendo en Hampshire College de Estados Unidos donde se gradúo en Estudios Teatrales. En 2013 saltó a la fama y fue aclamada por la crítica debido a su trabajo en la película 12 Years a Slave, obteniendo los premios Screen Actors Guild (SAG) y el Oscar en la categoría Mejor Actriz de Reparto. Por la misma cinta también fue nominada al Globo de Oro y al British Academy of Film and Television Arts (BAFTA).

La séptima entrega de Star Wars: The Force Awakens, dirigida por J.J. Abrams, está por estrenarse en diciembre, y en ella participa Lupita. “Estoy convencida que si digo algo sobre la película me caerá un rayo y me fulminará. Todo lo que te puedo decir es que la primera vez que caminé por el set estaba en otro planeta”, afirma.

Cara a cara con la belleza. Ha pasado poco más de un año desde que la actriz se unió a la familia Lancôme, y la pregunta inevitable es ¿cómo ha sido esa experiencia? “Ha sido maravillosa, no tuve que encajar en ningún molde porque la firma en verdad escucha a sus voceras y crea campañas que tienen en consideración a cada mujer de forma individual. Ha sido bonito saber que tengo voz y que en Lancôme hay lugar para esa voz”, señala la mujer que ha ampliado los margenes de la belleza contemporánea.

“Conforme realizamos diferentes estrategias de comunicación a nivel global, me siento más como una socia conceptual. Nuestras conversaciones se integran y se personalizan aún más. Siento que ahora la marca es más atractiva para sectores más amplios -en cuanto a edades, razas e ideologías- y eso es algo gratificante.

“Es satisfactorio saber que mi presencia ha hecho que la gente se sienta más visible, y agradezco que las mujeres se me acerquen y digan que las campañas han hecho que se vean diferentes. Por ejemplo, estuve en Uganda y una chica me dijo: 'Necesito que sepas que el ser como tú eres me ha cambiado la vida'. Ésas fueron sus palabras exactas. Y añadió: 'Desde que entraste a escena, son muchas las veces que la gente me ha dicho que soy bonita, y eso nunca sucedía antes'. Me enterneció que, de algún modo, mi presencia en las campañas de Lancôme haya generado ese tipo de cambios. Es emocionante que la marca esté siendo atractiva para un sector demográfico cada vez más amplio”, señala Lupita.

En busca del cutis perfecto. Para ella, el cuidado de la piel es muy importante, pues recuerda que “cuando estaba creciendo tenía problemas dermatológicos; mi piel no era uniforme y me salían erupciones sin ninguna razón. Había consultado algunos médicos y no sabían qué tenía. Así que mi mamá comenzó a estudiar sobre la piel. Recuerdo que viajó a Madagascar y regresó con un remedio herbolario que me funcionó muy bien. Fue un logro increíble. Mi mamá me enseñó que cuidar la piel es establecer una rutina que no sea complicada, pues si lo es, entonces no la cumples. Mi mamá siempre me dijo que la piel hermosa empieza desde adentro. Así es que lo principal es alimentarse de manera adecuada. Lo que introduces en tu cuerpo se nota por fuera. En mi caso, siempre trato de consumir cosas saludables, tomo bastante agua y como muchos vegetales”, indica la embajadora de la firma de belleza.

Su vínculo con el maquillaje. “Mi madre nunca ha usado maquillaje, así que no me permitió maquillarme hasta que tenía 15 años. Recuerdo que en una ocasión, una tía materna acababa de regresar de la India, donde había aprendido todo tipo de técnicas de maquillaje. Me puso mucho maquillaje en los ojos, oscureciéndome los párpados con un grueso lápiz negro. Estaba muy emocionada y esperé a verme en el espejo hasta que estuviera totalmente terminado para ver la gran revelación. ¡Comencé a llorar porque parecía como si alguien me hubiera golpeado en los ojos! Honestamente, después de eso me sentí un poco desanimada con el maquillaje”, comenta con humor.

“Nunca busco ocultarme tras el maquillaje. Para mí, el maquillaje es el marco, no la obra; por lo tanto, lo uso ligero. En ocasiones sí elijo un aspecto más llamativo y especial. En cuanto al cabello, me siento mejor llevándolo corto. Me rapé cuando tenía 19 años y eso en verdad cambió mi relación con mi rostro. Estaba acomplejada por mi frente, y entonces decidí que quería ver cómo luciría sin cabello. Me di cuenta que en realidad no había nada malo con la forma de mi cabeza y que mi frente en realidad no era tan grande. De hecho, estoy dejándome crecer el cabello, por lo que estoy aprendiendo a cuidarlo. El cabello de los africanos es cosa de prueba y error”, admite Lupita.

Las redes sociales y la autoestima. En cuanto a la gran cantidad de blogs, páginas de belleza y el efecto que las redes sociales causan en las mujeres, Lupita señala que “pueden otorgar mucho poder cuando se trata de belleza e imagen, porque tienes la posibilidad de causar la mejor impresión y el control de cómo te ve la gente, pero al mismo tiempo son una plataforma en la que muchas personas crean la ilusión de su vida. Creo que las redes sociales pueden ser una forma de empoderarte pero, también, pueden desalentarte si dejas que te consuman. Alguna vez alguien me dijo: 'No leas revistas de belleza porque sólo harán que te sientas fea', así que, en realidad, todo depende de tu postura. Todos deberíamos tomar las redes sociales con reserva, porque no siempre nos brindan el panorama completo”, aconseja una mujer que, sin duda, ha sabido evaluar y valorar la totalidad de su propio horizonte.

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