En José Ángel Bichir puede aplicarse el dicho “hijo de tigre pintito”, ya que heredó el amor por los escenarios de su padre, Odiseo Bichir, quien orgulloso confiesa que desde temprana edad vio en su retoño las aptitudes para seguir sus pasos. “Desde el principio, cómo se movía, cómo se expresaba, cómo miraba... el niño había nacido para la escena, no había duda. Lo que me preocupaba era cómo ayudarlo a no echar a perder esa cualidad, esos dones que tenía desde pirinola”, señaló Odiseo, quien recordó la forma en que José Ángel inventaba juegos muy elaborados o trataba de reproducir en casa lo que había visto en el escenario. Es que José Ángel y su hermana mayor, Rosaura, desde niños pudieron ver a su padre actuando. Aunque al principio no dimensionaba la importancia de su papá en el ambiente artístico, sí pudo percibir la fascinación que ejercía en la gente cuando lo veían trabajar. “Tanto mi hermana como yo sentimos gran admiración hacía él, quizá tiene que ver más con un hermano mayor o con una figura importante. No creo que mis amigos admiren tanto a su padre como yo al mío”, dijo José Ángel. Una cosa que recuerda muy bien el sobrino de Demian y Bruno Bichir es que la excesiva atención que Odiseo prestaba a la gente que le pedía un autógrafo en la calle, hacía que se olvidara que iba con ellos. “Confieso que se me pasó la mano de atención, invirtiéndole tiempo a la gente para que se fuera contenta y luego mis pobres hijos se quedaban esperando a que yo me despidiera”, declaró Odiseo. Pero lejos de ser un recuerdo triste, José Ángel lo considera divertido porque en ese momento lo único que importaba era pasar tiempo con su papá, tiempo en el que hacían cosas como grabar sus voces contando historias, ir al teatro y ver películas (mientras Odiseo les daba lecciones de leguaje cinematográfico sin darse cuenta). “Realmente no fuimos mucho de embarrarnos de lodo o hacer deporte, como otros papás con sus hijos, pero él no tiene esa personalidad, entonces no iba hacer eso con nosotros porque no le gusta”, expresó el joven Bichir, asegurando que en la actualidad tienen pocas ocasiones de verse y convivir, pero cuando lo hacen es con mucho gusto. “Es verdad que me perdí etapas y momentos importantes”, dijo Odiseo, quien tuvo que estar ausente de casa por cuestiones de trabajo. “Nos dio mucho amor, mucha atención, jugó con nosotros y sobre todo nos estimuló la imaginación, el arte, la capacidad de decidir, de poder ser libres ante nuestra visión en el mundo. Nunca fue alguien que quisiera determinar cómo deberían ser las cosas. Él fue realmente un gran amigo”, declaró José Ángel. “Ser padre fue una bendición, un regalo, una alegría, me cambió la vida, me hizo sentir muy afortunado y pleno, ya no me falta nada”, declaró Odiseo Bichir. El dúo fantástico Odiseo no sólo comparte el apellido sino también sus proyectos, algo que han hecho en un par de ocasiones, una vez produciendo teatro en 2011 (El Knock, la técnica de la seducción), y otra compartiendo set en la película Los fabulosos 7, que se estrenará este año. “Me encanta mucho esa película porque habla de nuestra relación, y es lindo que nos haya tocado esa experiencia de tener un poquito de catarsis”, comentó José Ángel, quien alaba la actuación de su padre en el filme, y con quien espera poder trabajar de nueva cuenta. Mientras ese momento llega, Odiseo se prepara para decir adiós a Mateo Reyna, en la telenovela La mujer del vendaval, que termina el 30 de junio. “Fueron muchos meses disfrazado de Mateo”, dice Odiseo, quien revela que le cuesta trabajo desprenderse de su personaje, tanto que aún no se quita el bigote y se quedo con sus botas. Por su parte José Ángel terminó hace tres meses el rodaje de la película Girón de niebla.