Protagonizada por María Valverde y Horacio García-Rojas, La Carga expone una historia de amor, fraternidad, orgullo, respeto, determinación y justicia. La historia se basa en Francisco Tenamaztle, primer indígena que luchó contra la injusticia, maltratos y despojo cometidos por los españoles.
En entrevista exclusiva para EL UNIVERSAL Querétaro, el director de la cinta Alan Jonsson Gavica, así como Horacio García-Rojas, protagonista, platicaron sobre los retos para trasladar a la pantalla grande la historia que transcurre en 1552, algunos años después de la Conquista de México.
¿Cómo surge esta película?
—A: La idea fue por una necesidad de contar algo diferente, sabía que no se habían hecho muchas cintas de la época de la Colonia, que ha estado casi intacta. Sabiendo yo que tenía esa responsabilidad se fue dando un vaivén de ideas que tenía en mi mente. Poco a poco me fui nutriendo de esta historia tan bonita que ahora es La Carga, además retomando el tema de Clint Eastwood indagar en esto que me apasionaba del estilo western era algo que me llenaba como cineasta.
¿Cuánto tiempo tardó en salir a la luz?
—A: Para comenzar la premisa, es decir los primeros renglones fueron escritos hace más de 18 años y sabía que iba a ser una película muy costosa para mí, me tenía que esperar a hacer uno o dos films antes para que los productores confiaran en mi como director para que no la pasaran de largo. El proceso de escritura, la primera letra ya oficial fue en febrero de 2010, y estuvo finalizada noviembre del 2015, me refiero ya a la película filmada y todo. En realidad fueron lapsos en donde por falta de recursos y una serie de cosa había tiempos muertos; si compactas se tardó cuatro años en hacer, pero toda esta cuestión de distribución, fechas, etcétera, atrasó un poco.
¿Cuál es el mensaje final del largometraje?
—A: Es acerca de que todos somos iguales, no importa el estatus social, creencias, todos nos podemos querer y respetar de igual manera. El corazón de la película es el encuentro de dos mundos, de dos personas que hasta el final acaban incluso queriendo, es algo muy enriquecedor que tiene el proyecto.
¿A qué retos te enfrentaste para realizarla?
—A: Fue saber que tenía un mundo muy especial dentro del guión y poderlo plasmar a la realidad, había colegas que me decían que no se imaginaban cómo se podía hacer, más para una película con un presupuesto “mediano-chico”. Trazar el mundo y poder buscar locaciones fue difícil, encontrar esos conventos, haciendas antiguas y llegar a esos lugares recónditos para nosotros poder crear un mini mundo fue todo un reto. Tuvimos que hacer un espacio sin tiempo que no tuviera elementos contemporáneos para que los ac tores y yo estuviéramos al 100% ambientados en 1552.
¿Qué te dejó dirigir La Carga?
—A: Como director me da todas las herramientas para poderme enfrentar a cualquier tipo de película, ahorita siento que estoy bien plantado en mi oficio con toda la seguridad y creatividad, nada me pone nervioso, eso fue el mayor premio que me dejó. Ver la película y saber que fui el capitán de ese barco me hace sentir orgulloso. Personalmente ha sido una carga emocional muy fuerte, hubo muchos problemas así que me siento como que estoy en las nubes por el gran resultado.
¿Cuándo supiste que querías dedicarte a la cinematografía?
—A: Recuerdo que fui a ver por lo menos unas 15 veces Superman I, guardaba dinero porque me había enamorado de la película. Pero en realidad siempre me gustó el cine, mi papá era un fanático de Clint Eastwood y de ver películas conmigo en el cuarto. De una manera fue empaparme de lo que a él le gustaba y de enterarme como era el cine un poco más serio, no lo que me mostraban con corte más infantil. Comencé en foto fija y fue fácil hacer la transición porque el cine era ya mi pasión para ese entonces.
¿Consideras influyente el cine nacional en la sociedad?
—A: La evolución ha sido muchísima, lo interesante del cine mexicano son las historias, desde el Cine de Oro mostraban diálogos apasionantes. Siempre ha estado muy presente y arraigado con nosotros y con nuestra cultura por eso queremos tanto a María Félix, Pedro Infante, Pedro Armendáriz y a otros actores de renombre; creo que el cine siempre ha sido muy original y potente en la sociedad.
Horacio García-Rojas es Painalli
Painalli es un indio Tameme que se dedica a la carga dentro de su pueblo. En la trama, recibe la tarea de guiar a Elisa, una chica de la nobleza española que viaja hacia las costas de Veracruz.
¿Habías interpretado anteriormente un personaje similar?
—H: Hice una serie Texas Rising para History Channel, yo era el comand worship leader, es un poco parecido en el hecho de pertenecer en una cultura ancestral de valores claros y honor; aunque los indios de la parte norte tienen características diferentes a los indios mexicanos.
¿Cuál fue la parte difícil de interpretar a Painalli?
—H: Es un personaje bien complejo, fue más que nada un trabajo de construcción física estética para cubrir a un indio de 1552, ellos eran pescadores, que no comían carne roja, sino verduras y frutas de la zona, cargaban 40 kilos con el poder del cuerpo por más de 40 kilómetros. Tuve que entrenar físicamente fuertemente por cuatro meses, llevar una dieta y durante el rodaje mantenerlo, solía pararme a las cuatro de la mañana a entrenar para después irme a grabar.
¿Cómo llega la propuesta para este papel?
—H: Hice una cinta con el director que se llama Morenita, el escándalo, entonces cuando Alan empezó a indagar en el universo de los Tamemes, sobre la época y a querer contar la historia de estos héroes mexicanos, él y yo ya éramos amigos, me comentó que ya tenía pensado el papel para mí; cuando te llegan con un proyecto así de grande no puedes más que decir gracias, porque estos papeles te pueden cambiar la vida y la carrera.
¿Cuánto tiempo tardaron en el rodaje?
—H: Casi 10 semanas, fueron unas cuantas en Durango, Veracruz, Hidalgo y unos días en la Ciudad de México; entendemos que la gran mayoría de películas mexicanas en promedio se están llevando cuatro o cinco semanas, es decir que aquí casi llegamos al doble, creo que el público lo va a notar porque el trabajo se ve en la pantalla.
¿Qué crees que haga falta para que los mexicanos acudan a ver cine nacional?
—H: Que los productores confíen en el cine nacional, que no nos pongan a competir al tú por tú con películas que tienen un millón destinado para publicidad, porque a veces la gente si quiere ver cine nacional, pero llega y se encuentra con que hay una marquesina de cuatro o cinco salas de una sola película, entonces piensan que es la mejor, pero no saben que es por que pagaron la posibilidad de tener miles de copias.
¿Qué te dejó participar en La Carga?
—H: A mí un personaje como este me cambió la vida, hay un tema de identidad importante, tener la oportunidad de verme al espejo y reconocer que hay algo de antepasados indígenas en mi rosto, mi piel, mis rasgos, y que además es el héroe. Te da la oportunidad de revalorarte como individuo y como mexicano.