Allá por 1927 surgió otra de las cantinas más longevas de la ciudad Querétaro, se trata de La unión, situada en la colonia de San Francisquito en la calle 21 de marzo.

El lugar fue fundado hace 89 años por la familia Morales, que durante mucho tiempo mantuvo la esencia de una taberna original, es decir, un cuarto pequeño para unos ocho o 10 hombres que acudían a beber tranquilamente, acompañando su trago con una buena canción de Pedro Infante.

Cuando la zona aún estaba bautizada como colonia Hidalgo, La unión funcionaba a la par como un pequeño tendajón, una especie de tienda abarrotera dividida por una mampara del espacio de la cantina.

Aunque no se tiene información certera de quiénes fueron los siguientes dueños, se sabe que además de Los Morales hubo tres personas más a cargo de este lugar. Fue en 1972 cuando la familia Corbella obtuvo la licencia de la cantina.

Don Antonio Corbella fue el principal dueño y trabajador de La unión por un largo tiempo e hizo de la taberna un lugar seguro, donde la gente acudía sin sentirse desprotegida; diez años después, en 1982 lamentablemente falleció pasando el legado a su hijo Carlos Corbella.

El Pollo Corbella, como es conocido don Carlos, vivió gran parte de su vida en Estados Unidos, pero al ver la situación de su padre regresó a México aceptando el cargo del negocio familiar, el cual hoy en día ama para trabajar.

“Me encanta el trabajo, principalmente dar un buen servicio a los clientes e ir mejorando en todo, estar a la vanguardia aunque estemos en el barrio de San Francisquito. Mucha gente nos ha reconocido tanto el servicio como la seguridad de calidad”, relató Carlos Corbella.

En la actualidad, La unión funge como bar botanero ofreciendo diariamente carne asada, guisos de costilla, entre otros platillos mexicanos; en cuestión de bebidas las más solicitadas son “Los vampiros”, un preparado a base de limón, tequila y jugo de naranja.

El espacio original se ha ampliado de una manera impresionante, ahora la taberna está dividida en tres espacios, para entrar debes pasar por un túnel que conecta de principio a fin. La primera área es la zona de la barra, en seguida te encontrarás con un espacio tranquilo en donde puedes platicar amenamente sin música.

Para finalizar llegarás al espacio más grande y favorito de todos, una simulación de patio con seis fachadas diferentes de casas alrededor. La decoración está inspirada en los negocios de Las Vegas, California.

Es este patio se celebra la fiesta con música en vivo, baile y muchas risas. “El lugar se ha mantenido durante mucho tiempo en este barrio y así queremos que siga, lo más importante es que la gente que nos visite se sienta a gusto”, comentó Carlos Corbella.

Debido a su trascendente historia, al bar acuden clientes asiduos que llevan hasta 23 años visitando el lugar y, que hoy en día, se han convertido en parte de la familia más allá de ser simples comensales.

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