Joaquín Sabina afirma que no sabe si cantará por siempre, pero sí que tiene la intención de escribir algún día sus memorias. El compositor español, quien se encuentra en la Ciudad de México para iniciar su gira este fin de semana, asegura que aunque no le teme a la muerte, no es algo que le preocupe más que el deterioro de su cuerpo.

Sabina entra en la habitación y su carisma es contagiosa. Saluda a cada uno de los presentes y pide amablemente que se le permita fumar un cigarro, además de una cerveza y un tequila. “Por la altura en México los dos primeros días de me seca la boca”, dice en entrevista para EL UNIVERSAL.

Al cuestionarle sobre si se ve cantando otros 20 años afirma: “No lo sé, no quiero hacer eso que he visto en algunas gentes de arrastrarse por los escenarios pidiendo compasión. Si me subo a los escenarios es porque aún me siento perfectamente capaz y porque tengo un ramillete de canciones nuevas que tengo muchas ganas de compartir con el público, que me ha hecho, si no rejuvenecer, sí volver a una intensidad creadora que no conocía desde ‘19 días y 500 noches’”.

El cantante, de 68 años, de temas como “Y nos dieron las diez”, “Contigo” y “Lágrimas de mármol”, expresó que cuando alguien se le ha acercado para trabajar con él, como en su más reciente disco Lo niego todo, donde participó el cantautor Leiva, lo hace con gusto. Sin embargo, admite, otras veces le cuesta decir que no.

“Yo soy un tipo infinitamente tímido y cuando me piden que haga una colaboración suelo hacerlo encantado y la hago siempre a no ser que el tipo me repugne”, explica riendo.

“Me hubiera muerto de haber hecho algo con Leonard Cohen. Una vez me encargaron traducir sus canciones al castellano para una gira y lo hice. Luego el jefe de mi compañía, que era amigo mío, estaba un día con Leonard y como sabía cuánto lo amaba yo, le dijo: ‘vamos a llamar a Sabina a mi casa’ y yo estaba en Argentina. Me enteré cuatro días después”, cuenta.

Sacando su lado más cómico bromea sobre la posibilidad de hacer algo de la mano de Luis Miguel. “He hecho cosas peores... ahora lo he dicho de broma. He cantado ‘Y nos dieron las diez’ con Julio Iglesias, así que no hay charco que yo no me atreva a pisar”.

Al recordar los tropiezos que ha sufrido a lo largo de su carrera, como el leve infarto cerebral y la depresión que vino con el hace más de 16 años, el compositor y explica a qué le teme.

“A la muerte no, al deterioro mucho, a que para ir a mear el baño me tengan que llevar. Y también siempre digo que yo podría seguir viviendo por ejemplo mudo o sin una pierna, con la condición de que no fuera la de en medio, pero no podría seguir viviendo ciego.

Dice contemplar la idea de escribir sus memorias en algún momento, pero con sus características analogías.

“Lo tengo dentro, lo tengo rumiando hace mucho tiempo. Siempre he pensado que lo dejaría para cuando una canción no me llamara a escribirla. Creo que eso es un trabajo más de reposo, de cuando ya no tienes muchas ganas de salir a la calle sino de ver lo que sucede desde el balcón”.

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