OVIEDO.— Víctor Manuel bautizó “50 años no es nada” a los conciertos conmemorativos de la historia del joven de Mieres que en 1964 se instaló en Madrid para impulsar su carrera musical y que hoy volvió a su tierra junto a varios de los mejores artistas de ese tiempo para defender el deber de la memoria.

El primer recital, que sirvió para abrir las fiestas de San Mateo en Oviedo tras el pregón del propio Víctor Manuel, colmó a través de 30 temas las expectativas de los más de 10 mil espectadores, que abarrotaban la carpa del exterior del Nuevo estadio Carlos Tartiere.

Su público coreó junto a él “La danza de San Xuan” y “La romería”, y “La sirena”.

“El hijo del ferroviario” fue un recuerdo para su padre, republicano. Su llamada a la memoria precedió a “Cómo voy a olvidarme”, antes de dar paso a los primeros invitados y a la suite asturiana junto al vocalista de Nuberu, Chus Pedro; la cantante de tonada Marisa Valle y el gaitero Hevia para enlazar “Danza del cuélebre”, “La planta 14”, “Paxarinos” y “Por el camino de Mieres”.

“Nada nuevo bajo el sol” dio paso a “Canción para Pilar”, como una presentación para Ana Belén; interpretó con ella “Contamíname”.

Luego llamó a Pedro Guerra y luego a Rosendo.

Con Aute se preguntó “A dónde irán los besos” y recuperó su primera canción de amor “Quiero abrazarte tanto”, junto a Ismael Serrano.

La albaceteña Rozalén le acompañó en “Luna” antes de la traca final. Con Pablo Milanés, aún convaleciente, optó por “Tu boca una nube blanca”.

Miguel Ríos se apropió de “Sólo pienso en ti” antes de dar paso a “El abuelo Vítor” con Joan Manuel Serrat. Ana Belén lo acompañó con “La puerta de Alcalá”. (EFE)

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