A la par de los concheros, se une la danza de los apaches y de los flachicos. La danza de los flachicos inició con la representación del diablo, la muerte o un anciano, usando máscaras de madera, las cuales se bendecían antes de ser utilizadas. Los flachicos actuales también se ponen máscaras pero de políticos, cantantes y otros personajes públicos.

Xitá o flachicos, provenientes del otomí, son dos palabras que tienen el mismo uso para nombrar a una persona del género masculino que participa por compromiso o por voluntad en las fiestas populares religiosas, refiere la investigación del antropólogo Abel Piña, en la publicación Xitás y flachicos en el municipio de Pedro Escobedo.

Aunque los mismos practicantes de esta costumbre pronuncian el término de diversa manera: flachico, flashico o franchico.

Algunos grupos de danzas tienen sus propios flashicos, la labor de estos danzantes, a parte de cumplir con su manda, es la que abrirle pasó a los danzantes, por eso muchos traen un chicote y sus bailes van acompañados de bromas. (Rocío G. Benítez)

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