Tacos de barbacoa de berenjena, chicharrón de trigo, mole de verduras, pastor, arrachera y tinga a base de proteína de soya fueron el mayor atractivo durante la edición número 35 del “Taco Vegan Fest”, un evento que ha logrado fortalecer lazos entre productores veggies de todo el país, que se han unido con la misión de difundir este estilo de vida.

Sin embargo, tratándose de delicias, hay mucho más, por lo que el festival ofreció también pozole, tamales, ceviches vegetarianos a base de verduras y frutas, así como albóndigas de pepita, milanesas de quinoa, carnitas de soya, hamburguesas y pizzas veganas que, de acuerdo con la coordinadora del evento, Fernanda González, facilitan la transición al veganismo, ya que asemejan el sabor y la presentación de su versión original, con la variante de que ninguno de sus ingredientes es de origen animal.

“Taco Vegan Fest” nació hace tres años, gracias a la iniciativa de un grupo de amigos que buscaron crear un espacio para los veganos, en el que se promoviera la conciencia ecológica y sustentable en Querétaro, a través de la venta de productos artesanales, orgánicos y de origen vegetal.

A lo largo del recorrido que tuvo como sede el Hotel Quinta Santiago, 55 expositores provenientes de Michoacán, Guanajuato, Estado de México y Querétaro, presentaron al público una extensa variedad de artículos para el cuidado personal, la salud, el jardín y la alacena.

Cervecería Casas Viejas.

Fue una de las ofertas más tentadoras de la tarde que promueve cerveza sustentable, elaborada a base de agua de lluvia. También se distinguen por emplear energía solar durante los procesos, además de generar sus propias maltas.

“Nuestra diferencia es el reducido impacto al ambiente, puesto que no estamos usando agua del subsuelo o de los mantos; arriba de la planta tenemos un captador de agua para lograrlo, así llevamos 11 años con la cervecería en San José Iturbide, Guanajuato”, detalló el empresario Alfredo Guerrero.

Así mismo señaló que manejan varias líneas, entre ellas las cervezas hechas con ingredientes mexicanos como mezquite, amaranto y gordolobo, además de estilos clásicos europeos como tauss, ipa, scotch, dunkelweizen y lager.

Vivir Bonito Vegan. Sorprendió con deliciosos postres veganos hechos a base de harina de trigo; libres de miel, huevos y lácteos, y sazonados con dátiles y miel de agave; los más solicitados fueron los panquecitos de lavanda, no sólo por el sabor inconfundible de la flor aromática, sino también por sus propiedades relajantes.

Vegueso.

Una marca queretana de lácteos veganos creada por el nutriólogo Daniel Muñoz y la química en alimentos Melissa Rodríguez, también se sumó al movimiento con esta innovadora opción de consumo.

“Decidimos explorar una buena alternativa para la gente que está en esa transición al veganismo o para quienes ya lo son. Buscamos que el producto sea funcional, que se derrita como cualquier queso, que es una de las características que nos define, pero además buscamos que nutrimentalmente sea mejor, es decir, que el aporte a carbohidratos sea menor a lo que hoy en día existe y el balance de la grasa sea buena”, apunta Muñoz, quién junto con su esposa, ofertan desde hace once meses, en la zona Bajío tres variedades de queso (natural, jalapeño y chipotle), preparados con leche de almendras.

Historias que nutren

En un pequeño stand tras la marca “Amor que nutre”, Lorena Varela deleitaba a los asistentes con pozole estilo jarocho, preparado a base de portobello, zetas y flor de calabaza, además de tamales y hamburguesas preparadas con ingredientes adquiridos con productores locales de Toluca, Chapingo y Xochimilco, así como en Huerto Roma y Casa Fusión.

La historia de Lorena en el veganismo, una simpática mujer de 34 años, inició cuando se vio obligada a transformar su estilo de vida, a consecuencia de una enfermedad que afectó a su pequeña hija, por lo que dejó su carrera como contadora fiscal para crear esta propuesta saludable.

Actualmente se asume vegana, orgánica y sustentable, y se encarga de promover la filosofía y la práctica del veganismo con su negocio de comida y espacio de asesorías nutrimentales en el Estado de México. “Pau tuvo cáncer hace cinco años, entonces la mamá estaba intoxicada de trabajo y tuvo que hacer un cambio en su vida. Durante dos años, con 200 quimios, la mamá empezó a enfocarse en muchas cosas, entre ellas, en la alimentación. Unos misioneros le enseñaron las técnicas de la jugoterapia, hidroterapia y medicina alternativa y le compartieron la regla de los alimentos”, recordó Varela refiriéndose a sí misma.

Relató también que como Pau es muy antojadiza tuvo que adoptar todas las recetas veganas al gusto de la pequeña y asegura que gracias a esta transición, su hija se encuentra mejor, lo que la ha motivado a compartir sus conocimientos en el tema.

“Lo que piensas, lo que dices y lo que practicas, hace la diferencia”, afirma y adelanta que complementará su labor estudiando la carrera de Nutrición en la Universidad Autónoma de Chapingo para avalar su experiencia.

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