Querétaro tiene un inventario de 80 haciendas y parte de esas construcciones que han dejado de funcionar como fincas agrícolas y ganaderas han sido rescatadas por empresarios para convertirlas en lugares de esparcimiento, como Viborillas, ubicada en el municipio de Colón, así como Los Tovares en Cadereyta.

En Colón hay 13 haciendas, de las cuales las tres más antiguas son: Ajuchitlán, El Zamorano y La Esperanza, a esta última hacienda perteneció la construcción de Viborillas, un espacio que desde hace tres años se encuentra en restauración.

Viborillas es una construcción que data del siglo XVII y entre sus dueños se cuenta al general Rafael Olvera (ex gobernador de Querétaro).

El cronista del municipio de Colón, Cristóbal Vega, explicó a EL UNIVERSAL Querétaro que en época de la Revolución y la Guerra Cristera, la hacienda Viborillas, además de otras construcciones cercanas a su territorio, eran saqueadas.

“En épocas del movimiento de la Revolución pasaron los ejércitos villistas y carrancistas, por la cercanía por las vías del ferrocarril, porque desde la época colonial, sobre todo en la hacienda La Esperanza, tuvo un fuerte flujo comercial”, añadió el cronista de Colón.

Desde hace tres años, por iniciativa de un grupo de empresarios queretanos, la construcción de Viborillas inició un trabajo de restauración de los muros y techos, conservando algunas pinturas originales y acondicionando lugares como la tienda de raya y la troje, así como sus patios y jardines, que sirven para eventos sociales y empresariales.

Entre los nuevos proyectos de hacienda Viborillas está la formación de unas cavas que servirán de renta para eventos sociales y la llamada Estación Viborillas, que se convertirá para 2014 en un museo montado en vagones de trenes, ahí se hará la instalación de una cantina, una barbería y una botica antigua.

“Es increíble que hay gente que dice que nunca se ha subido en un tren, y también está la idea de buscar un vagón de pasajeros para que la gente pueda apreciar cómo es un vagón de pasajeros”, comentó Mónica Huerta, encargada de relaciones publicas de ex Hacienda Viborillas.

En Colón hay más proyectos para dar un nuevo uso a las fincas construidas en dicho municipio, como es el caso del proyecto ecoturístico de hacienda La Salitrera, que trabaja sobre el modelo de cooperativa; hacienda El Blanco, que se abrió para la cría de toro de lidia y la degustación del queso y el vino; hacienda Ajuchitlán, que se utiliza para reuniones y banquetes, y Hacienda La Esperanza (que tuvo como dueña la benefactora Josefa Vergara) que se trata de habilitar para recorridos turísticos.

La hacienda San Vicente, dedicada al ganado, “se tiene la idea de que sea didáctico, que la gente pueda visitarlos y observar la ordeña o las actividades del campo como un día cotidiano, de ahí se pretenden habilitar para hacer espacios turísticos, aprovechando la infraestructura y arquitectura, y nosotros estamos en colaboración para promover las haciendas e impulsar el turismo como tal, porque al final de cuentas estas construcciones forman parte del territorio de Colón”, refirió el cronista de Colón, Cristóbal Vega.

Pero así como hay haciendas que han sido rescatadas del abandono, hay otras en las cuales no hay proyectos que mantengan viva su historia, tal es el caso de una de las más antiguas: El Zamorano, ubicada en la comunidad que lleva el mismo nombre, “está destruida, no tiene ya uso, sus muros están muy deteriorados, ya no hay manera de recuperarlos y para hacerlo se requiere mucha inversión”, añadió Vega.

Sobre la historia de las haciendas de Colón, Cristóbal Vega explicó que todavía hay mucho que investigar, el mismo caso que en la historia de todo el municipio.

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