Cuando Bobe encontraba alguna artesanía como un caballito en una feria, “intentaba recrearlo, siempre con mis ideas locas”, dice, ese interés por la artesanía acrecentó cuando conoció a Manny Luna, un artista mexicoamericano que lo animó a unir su admiración por las tradiciones mexicanas a través de la figura de “catrinas”.

Hace ocho años, Bobe D’león empezó a fabricar catrinas novias, hechas de barro. En un principio pegaba el vestido con resistol, hasta que un experto le dijo que tenía que coser la tela. “Pero si yo no sé”, respondió Bobe. Entonces tuvo que tomar un curso de costura para poder diseñar el vestuario de sus piezas.

Sus catrinas novias se comenzaron a distribuir en Estados Unidos, con el fin de promover la tradición de Día de Muertos y la ideología que creó José Guadalupe Posadas sobre la muerte a través de la catrina, “él quería mostrar que aunque fueras rico, alta, rubia, feo o panzón, lo que sea, la muerte te va a llevar”.

Un día, una fotógrafa alemana vio sus catrinas, Bobe le explicó su historia y significado y ella le pidió permiso para tomarles unas fotos, pero afuera de Santa Rosa de Viterbo. Él aceptó. Cuando estaban en la sesión fotográfica pasó Gabriel Hörner, director del Museo de la Ciudad de Querétaro, y le preguntó quién había hecho las piezas. “Un cuate”, contestó Bobe. Hörner le pidió que se lo presentara. “A mí me dio pena, pero le dije: es que yo vendo catrinas novias”. Y Gabriel lo invitó a realizar una exposición sobre su trabajo.

P’a morir nacimos fue la primera muestra de catrinas que Bobe D’león presentó en el Museo de la Ciudad, la colección incluía 25 piezas que representaban a personajes célebres del cine de oro mexicano. Posteriormente, expuso 31 catrinas en la muestra Nada es para siempre y 53 en la colección Sobre el muerto las coronas.

“Me encanta que en la cosmovisión prehispánica te dicen que del que se muere nada más se murió el cuerpo, está muerto el cuerpo pero ellos vienen, ellos te visitan, tú no los oyes, ellos se acercan, ellos te consuelan, hasta tienen sexo, es una cosmovisión que se pierde porque la cultura, la rapidez, la tecnología, hacen que los chavitos confundan Halloween con Día de Muertos, cuando el Día de Muertos es mega trascendente”.

En 2011 no presentó catrinas sino un tzompantli (cementerio guerrero). “Se acostumbraba que después de una batalla entre mexicas o mayas o ciertos grupos tzotziles del sur de México, se guardaban las cabezas de los guerreros muertos, las ponían a secar y cuando quedaban los cráneos sólo hacían una ofrenda con ellos”.

Para 2012, Bobe D’león presenta en la sala Ayuntamiento del Museo de la Ciudad, la exposición Antes muerta que sencilla, una colección de 19 catrinas que custodian una ofrenda dedicada a Lupita Alcocer de Mendoza, madre de Marcela Juarizti, amiga muy cercana de Bobe.

Antes muerta que sencilla es una frase que nace en el norte de México, “en los primeros años de 1900, en los que las señoras que estaban a punto de morirse decían: me voy a morir pero no me vayas a poner toda fea, quiero irme pero bien fregona en la caja, de ahí nace la frase”, dice Bobe D’león.

La quinta y última exposición de catrinas que presenta Bobe en Querétaro permanecerá en dicho recinto cultural hasta el 4 de diciembre.

Bobe dice que es la última exposición para la ciudad, porque tiene un nuevo reto, presentar sus catrinas mexicanas en Estados Unidos, creando personajes reconocidos como Marilyn Monroe o Elizabeth Taylor, aunque también tiene la idea de hacer un homenaje al reconocido diseñador Alexander Mac Queen, uno de estos dos conceptos será presentado en Estados Unidos para 2013.

“Creo que el concepto absurdo de juzgar a una persona por su apariencia está retratado en las catrinas, la muerte es lo que es, pero aun siendo muerte la puedes hacer hermosa, maravillosa, yo creo que eso es el verdadero sentido de exhibir una catrina”.

Aunque Bobe D’león tiene pendiente otro proyecto para Querétaro, una colección de catrinas de cholos, reguetoneras, y demás personajes que reflejen la concepción de las tribus urbanas, esta colección estaba destinada para su primera exposición pero finalmente se decidió por los personajes del cine mexicano y está como pendiente en sus próximas creaciones.

Bobe D’león es un reconocido conductor de radio, sin embargo pocos saben de los días, noches, madrugadas y meses que ha tenido que trabajar para construir sus catrinas, por ello conserva las piezas de cada una de sus exposiciones, con la idea de presentarlas en otros museos.

“Creo que las nuevas generaciones deben de saber de esta gran simbología, para todos nuestros pueblos indígenas la muerte era solamente pasajera, y dejarles este legado, que si bien es cierto a muchos les pueda no parecer una obra de arte, lo que más me importa es saber que vengo de un legado prehispánico”.

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