Una trágica historia, fue la que desencadenó el movimiento Gogo por la Vida, que está en proceso de convertirse en fundación gracias a la Fundación Merced, quienes orientan a Antonio Tame y Laura Elena García (creadores de este movimiento) para hacer esto posible, luego de que vivieran a flor de piel, la muerte de su hijo.

“El 19 de enero hubo un accidente inesperado, Rodrigo de 15 meses, nuestro hijo, estando con Regina (su hermana) quien comía gajos de manzana, toma un pedazo grande y se lo pasó, yo estaba arriba, eran 6:30 de la tarde y estaba trabajando e Isa, la chica que nos ayuda, se mueve a la cocina por unas cosas y lo encuentra atragantándose y me habla. Ahí tratamos de reanimarlo, yo con mis nulos conocimientos de primeros auxilios; intentamos reanimarlo pero con mi sentido común, pedimos ayuda, hablamos al 911 y una vecina trató de apoyarnos. Después llegó una enfermera a ayudarnos y yo alarmadísima porque ya habíamos intentado varias cosas y Rodrigo se estaba poniendo morado… la ambulancia no llegaba y en todo esto que sucede pensé en la falta de conocimientos de primeros auxilios… Después nos damos cuenta que falleció por asfixia y nos comentan que es la primera causa de muerte en niños de un año y medio” declaró para EL UNIVERSAL Querétaro Laura Elena García, mamá de Rodrigo, a quien llamaban Gogo.

Este fin de semana, el staff de este movimiento organizó el primer simposium “Vivir después del adiós. Las facetas del duelo”, al que asistieron ponentes de tanatología, quienes abordaron los principales temas del duelo: “Tanatología qué es y para qué sirve”, “Pérdida: crisis; resolución o trauma”, “No fue tu culpa”, “Te extraño con el alma. El reencuentro con la vida y la muerte” y “El proceso de duelo ante la pérdida de un hijo”.

De igual manera, se compartieron tres testimonios, uno de ellos fue el de el actor Julio Bracho, quien abrió su corazón al auditorio y dio su testimonio con el tema “La muerte de un padre”, en el que reveló que se sumió en las drogas y en el alcohol porque no podía sobrellevar este duelo, pero destacó que al final del camino vio la luz y se refugió en la vida espiritual.

En entrevista, Bracho compartió que esta experiencia le ha ayudado no sólo a dar su testimonio, sino también a sumarse, de corazón, a esta iniciativa.

“Está increíble, me asombra cómo le encontraron ese sentido al dolor con la muerte de un hijo, a mí ya me pusieron las pilas, voy a tomar el taller de primeros auxilios, yo doy clases y soy papá y es súper importante saber qué puedes hacer en un caso de emergencia”, aseguró.

Asimismo comentó que el dolor le ha permitido disfrutar de muchas cosas e invitó a acercarse al movimiento Gogo por la vida, “si yo hubiera encontrado una fundación así me hubiera ahorrado mucho sufrimiento, aquí nos ayudan a canalizar el dolor y encontrarle un sentido al momento. La vida sigue y hay que recomponerse y avanzar”, puntualizó.

Para finalizar el simposium, el actor y los creadores de este movimiento compartieron para el auditorio, paso a paso la historia detrás de esta iniciativa, el avance que han tenido detrás del duelo y los invitaron a seguir asistiendo a las diferentes actividades (algunas gratuitas) que se realizan en torno a esta inspiradora corriente.

Por su parte, los papás de Rodrigo enfatizaron que Gogo por la vida es un movimiento preventivo. “Somos una sociedad con una cultura correctiva, cero preventiva en todo: mantenimiento automotriz, a un refrigerador; no tenemos preparados nuestros papeles por si morimos, no hay una cultura de muerte, todo es un tabú y todo es a la ligera. La vida de un ser humano es tan frágil y vulnerable que se puede ir en cada instante. Nosotros te vamos a dar conocimiento, no te vamos a corregir; vamos a ayudar a prevenir y a dar regalos de vida” concluyó Antonio Tame.

Gogo por la Vida es un movimiento que tiene como objetivo crear una cultura de conocimiento en los primeros auxilios y medidas preventivas, enfocándose en tres pilares: prevención, valores y amor.

Google News

TEMAS RELACIONADOS