En la mente de Karla existe un mundo de glamour, moda y mucho color rosa; desde pequeña soñaba con tener un gran festejo de XV años, en el que sus familiares la vieran bailar y brillar como toda una princesa en su vestido ampón.

Al nacer, la pequeña fue diagnosticada con Síndrome de Down Mosaicismo, es decir, la presencia de más de un tipo de célula en el organismo. Su familia ha luchado desde entonces en contra del rechazo que la sociedad ejerce.

“Ha sido una batalla constante, desde los tres meses la llevaba a terapia y no me importaba estar al lado de jovencitas de 25 años haciendo lo mismo que ellas, siendo yo más grande. Primero antes que todo y todos está mi hija. He logrado sacarla adelante”, expresó Silvana Raciti, mamá de la festejada.

La dedicación que tienen con Karla es de admirarse. Los miembros de su familia se encargaron de romper paradigmas ayudándola con estimulaciones tempranas para que pudiera caminar desde muy pequeña.

En cuanto a su educación, buscan instituciones que permitan que Karla se integre, pero lamentablemente la mayoría les cierra las puertas, por lo que optaron por inscribirla en clases de natación, ballet y terapias de lenguaje.

La bella princesa. La actividad favorita de Karla es bailar. Todos los días goza de aprender coreografías o simplemente sentir la música y mover sus pies al ritmo de las melodías. La quinceañera se caracteriza por su especial interés en el mundo del espectáculo.

“Le encanta la moda, pintarse las uñas, usar maquillaje o ponerse los tacones de mamá. A veces se pone a jugar como si modelara, posa para que le tomen fotos e imagina que está en la televisión”, compartió Paola Raciti, hermana de Karla.

Los preparativos. Los gustos de Karla inspiraron el festejo lleno de glamour. Cada que asistían a una fiesta de XV años, Karla insistía a su madre y hermana en comenzar a organizar la suya.

El vals y el baile moderno la atrapaban haciendo que anhelara aún más su gran momento.

Meses atrás parecía que el sueño no se iba a cumplir, hasta que un buen día toda la familia se unió para aportar cada quien un granito de arena y hacer realidad la gran ilusión de Karla.

Todo fue planeado hace un mes y medio. Fue demasiado apresurado, pero ella ya sabía lo que quería: globos de estrellas, luces, un gran vestido rosa y por su puesto mucha música.

“Ella no se siente dentro de una discapacidad, todo el tiempo está recordándonos que puede hacer las cosas, por su puesto la impulsamos a continuar con esa mentalidad”, narró Paola.

Karla estaba tan emocionada por la fiesta que ella preparó la coreografía en tan sólo dos días. Todas las mañanas se despertaba ansiosa por saber qué nuevo detalle verían para planear sus XV’s.

Momento mágico. Por fin llegó el día esperado. La cumpleañera se despertó temprano emocionada y ansiosa. Las horas corrían lentas, Karla anhelaba la llegada de su madrina Lizeth Soto, quien la ayudaría a maquillarse y vestirse.

Se podía apreciar la habitación de una niña aún, cortinas y muebles color rosa, muñecos de peluche y juguetes se veían por todo el cuarto contrastando con lo que sucedería ese día, la nueva etapa en la vida de Karla que estaba por iniciar.

Sombras con brillos rosas —por supuesto— iluminaban sus ojos; mejillas sonrojadas y un sutil labial rojo fue el maquillaje perfecto para la ocasión.

“Le deseo lo mejor, es mi adoración, es mi niña. Le deseo que Dios la llene de bendiciones. Puedo ver cómo está feliz, esto fue planeado por todos los que la amamos, es un sueño que logramos cumplir para mi niña”, dijo Lizeth.

La ceremonia religiosa tuvo lugar en la Parroquia de la Sagrada Familia, en seguida los invitados se trasladaron a unas cuadras para llegar a la recepción de un bonito salón de fiestas en Jardines de la Hacienda.

Todo estaba tal cual Karla lo había planeado: globos de estrellas adornaban los centros de mesa y manteles de su color favorito resaltaban en el recinto. A un costado de la pista de baile se encontraba el trono de la princesa, en donde se apreciaba el delicioso pastel adornado con flores naturales.

“Como hermana estoy muy orgullosa de Karla, mi mamá y yo siempre hemos estado detrás de ella incondicionalmente. Es una niña muy noble, no es ambiciosa ni exigente, tiene algo muy puro en su alma, puedes hacerla feliz con todo”, expresó Paola.

De repente sonó “Y me besa”, de Gerardo Ortiz. En ese momento los tenis color plata de Karla relucieron en la pista, pues era el tema que eligió bailar frente a todos sus invitados.

Una jovencita de carácter fuerte, coqueta, modesta y tierna, así la describe su mamá; una joven que demostró que sólo se necesitan ganas para lograr tus sueños.

Sin darse cuenta, dio una lección de vida a todos los que lo rodean al disfrutar cada momento de su día, desde colocarse su corona hasta morderle al pastel o cantar al son del mariachi.

“Esto significa lo más hermoso que te puedes imaginar como madre, mi hija se ha desenvuelto muy bien gracias a Dios y a todo el esfuerzo que hecho. Es el logro que tengo como su mamá”, concluyó Silvana Raciti.

Google News