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“Una lengua que no se escribe se nos va de las manos”, Enrique Barajas Hernández

“Una lengua que no se escribe se nos va de las manos”, Enrique Barajas Hernández
08/06/2014 |00:30
Redacción Querétaro
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Se dice Latido de la cultura ñöñoh, y no hñahñu, explicó el profesor de literatura indígena, Enrique Barajas Hernández. Porque ñöñoh en hñahñu es el latido del corazón, el centro de todas las cosas.

Latido de la cultura ñöñoh es el título del primer libro producto del taller de literatura indígena en San Ildefonso, Amealco, editado por el Programa para el Desarrollo Integral de las Culturas de los Pueblos y las Comunidades Indígenas.

El libro tiene la ventaja de ser bilingüe y de abarcar distintos géneros literarios. Incluye poemas y cuentos de 11 autores, hablantes de la lengua hñahñu, y una jovencita “mestiza”. “Una lengua que no se escribe se nos va de las manos”, aseguró el educador.

Barajas Hernández afirmó que esta edición, además de incluir los textos de los indígenas, es el reflejo de las circunstancias que viven estas comunidades, como el hecho de que el ilustrador de los textos, Guillermo Quirino de Jesús, un joven de 25 años, no pudo asistir a la presentación por estar trabajando como albañil en Juriquilla.

Otro de los problemas a los que se enfrentaron los educandos y el educador durante el taller efectuado en Amealco, es que los géneros literarios tal y como se conocen son insuficientes, y muchas veces inadecuados para la expresión escrita de la lengua hñahñu.

“Lo que les decimos a los muchachos es que lo importante es que escriban en hñahñu, que si no les gusta a los mestizos, ni modo”, aseguró el profesor Barajas Hernández, en la presetación del volumen en la ciudad de Querétaro.

Asimismo, Barajas Hernández manifestó que es fundamental fortalecer la identidad de los propios indígenas. “Me han dicho que el peor enemigo de un indígena, es un indígena preparado”, declaró.

La mejor manera de dignificar a las comunidades indígenas, precisó, es dignificar sus condiciones de vida y el trabajo cultural. “Yo por eso siempre pido lo mejor para ellos, un buen hotel, una comida digna”, agregó el expositor.

Durante la presentación de este volumen se recitaron fragmentos de la obra, como el poema: “Cae la lluvia/ me empiezo a mojar/ a dónde iré/ no lo sé / me iré a donde me lleve la lluvia”.

El libro incluye escritos de una profundidad y conciencia de la vida y de la naturaleza, “que parece que las escribió una gente grande, cuando son jóvenes de 20 y tantos años”, aclaró el profesor Enrique Barajas Hernández.

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