César Bono asegura que terminará un ciclo feliz y con las manos llenas, cuando esta noche se cierre el telón por última vez para la obra Defendiendo al cavernícola, después de 11 años consecutivos en la cartelera teatral.

El momento de decir adiós a este monólogo no le asusta a César Bono, quien representó durante 3 mil 732 funciones al Cavernícola, personaje creado por el actor estadounidense Rob Becker.

“Será un momento de alegría, ahí volvemos a la locura, al agradecimiento, al optimismo, a mi manera de ser, yo creo que el balance ha sido positivo y que voy a estar contento, no pasa nada”.

El actor recuerda que aceptó la propuesta de hacer la obra, aun sin haberla leído, por la confianza que le tiene al productor, Morris Gilbert. Así, en 2001 se embarcó en una aventura escénica, aunque no considera que sea el papel de su consagración. “Eso se me hace una palabra muy grandota, es la obra en la que he estado que ha durado más años, pero soy el mismo actor que antes de hacer el Cavernícola, soy la misma persona, nada más tengo 11 años más de experiencia, pero ya”, dice Bono.

Pero sí siente un especial agradecimiento hacia su director, Héctor Bonilla, “porque él pudo haber dicho: ‘yo no quiero que la haga César’, ya que contrataron a Héctor antes que a mí, pero aceptó y así nos aventamos nueve años, sin que nadie hiciera el personaje conmigo”.

Entre los logros de este trío se encuentra el haber casi alcanzado a Rob Becker en su récord de mayor permanencia de una obra no musical en Broadway, donde Defendiendo al cavernícola permaneció durante 11 años y medio.

“En un descuido lo alcanzábamos”, confiesa el actor, quien considera que sus 11 años en México tienen mucho más mérito, “porque no es el mismo nivel que Nueva York, es más difícil mantenerla aquí”.

César Bono aún no sabe qué sigue para él, ya que también está a punto de terminar su trabajo en la telenovela Cachito de cielo, pero esto no es algo que le inquiete. “Sé que voy a hacer más teatro y tele, y si no fuera así, también ya lo hice 45 años, no me quedo con ganas de nada”.

Pero el actor asegura que él seguirá sobre un escenario por mucho tiempo. “Mientras el corazón haga taca, taca, porque si ese se pone necio, hasta ahí llegamos”.

Con sabor agridulce

Fueron 11 años, de los 45 que tiene César Bono de trayectoria artística, los que vivió con el Cavernícola en las que, como siempre, tuvo que aplicar la máxima: la función debe continuar.

“Yo entré a la obra huérfano de madre, y ahora soy huérfano de madre y de padre; han muerto amigos, maestros, se han ido gente que quiero mucho”, recordó Bono.

Julio Alemán, Ofelia Guilmáin, Miguel Córcega y el cronista deportivo Ángel Fernández son algunas de las personas a las que ha visto partir durante este tiempo. “En el teatro sé en que butaca se sentaron cuando fueron”.

Su salud también amenazó la permanencia de la obra, con un connato de infarto, hace dos años, entonces debió bajar el ritmo de trabajo y alternar la puesta con Fernando Lozano y Sergio Mayer.

La felicidad llegó a casa y al escenario: nacieron sus cuatro nietos mientras actuaba y atestiguó a varias parejas que se dieron el sí. “Se dieron 14 anillos de compromiso durante las representaciones, entre esos novios estuvo Héctor Sandarti”.

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