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El musical “Mentiras” llega esta noche a las 2 mil representaciones, gracias al público que cada fin de semana se va a divertir con todas las locuras que ocurren arriba del escenario, enmarcadas con las mejores canciones de los 80, las cuales son interpretadas por un grupo de cinco talentosos músicos, quienes hacen otro show tras bambalinas.
Lucía Milla (teclado), Jorge Montiel (guitarra), Tony Granados (bajo), Josué Balandrano (batería) y Arturo Anguiano (teclados), son los encargados de ponerle el ritmo a “Mentiras”, una aventura que empezó para ellos hace cinco años y que siguen disfrutando por todas las sorpresas que guarda.
“Cada función pasan cosas inesperadas, todo el tiempo tenemos que estar atentos a lo que sucede, desde los actores, como se desenvuelven, hasta problemas técnicos, creo que en estos cinco años ninguna función ha sido igual”, dijo Jorge Montiel.
Es que “Mentiras” es una puesta en escena que constantemente está cambiando, ya sea con la integración de elementos alusivos a fechas especiales (Navidad, Año Nuevo, San Valentín, etc) o la llegada de un actor o actriz invitada, por lo que el grupo debe readaptarse a la nueva situación constantemente.
“Es una sorpresa para nosotros todo lo que se tiene que adaptar cuando entra una persona nueva, es completamente diferente, pero siempre es interesante ver que aportan al musical”, comentó Lucía Milla, el único miembro femenino en la agrupación, en contraparte con el grupo de actores, donde el único hombre es quien da vida al personaje de Emmanuel.
Estos músicos tienen sobre sus hombros una tarea importante del desarrollo de la trama, ya que a través de las canciones que interpretan actrices de la talla de Crisanta Gómez, Lolita Cortés, Dalilah Polanco, Kika Edgar, Paola Gómez, Efraín Berry, Hiromi, Alex Brizuela, por mencionar algunos, dan voz a los personajes que se han hecho entrañables para el público durante las 2 mil representaciones, aunque los errores nunca faltan.
“Si tú marcas mal algún tiempo o algo, las actrices se descuadran o se pierden, entonces toda la responsabilidad cae hacía nosotros, pero esos errores o cosas graciosas nos hacen la función a nosotros”, dijo Josué Balandrano, quien ha sido autor de unas cuantas situaciones hilarantes durante una función.
Sus compañeros recordaron que una vez le dio un calambre, y todos se desconcertaron porque a causa del malestar tocaba de forma extraña y lo tuvieron que cubrir “Pero nos reímos y ya cuando terminó el acto le preguntamos: ‘¿Qué te pasó?’”, señaló Tony Granados.
Sobre esto, Arturo Anguiano compartió una anécdota: “Hay un gran director de teatro que se llama Isaac Saúl y cada que viene, en el monitor de video que tenemos, cuando se equivoca alguien él simula que se da un balazo, él es muy divertido”. Los músicos comentaron que es tal la camaradería que se vive en toda la producción, que han podido tomar la iniciativa de realizar improvisaciones en el musical, haciendo arreglos de acuerdo a la personalidad de cada actriz. “Si ya conocemos a cierta Lupita, hasta hacemos la rola un poco diferente, nos han dado aquí la libertad de poder hacer eso, creo eso aporta mucho a la obra, que no están viendo siempre el mismo show”, dijo Josué.
Pero lo mejor de “Mentiras” para ellos, es estar en el escenario, según revelo Lucía: “Generalmente nada más estamos en el foso, nadie nos ve, no tenemos contacto visual con el público, que esta obra esté hecha para que nosotros estemos en el escenario y que cuando prendan las luces nos veamos, también es una experiencia diferente”.
Aún después de cinco años de temporada, la emoción los embarga cuando están a punto de dar la tercera llamada y ven el teatro lleno, reveló Tony Granados: “Se siente una vibra distinta, es como un coliseo romano, de hecho cuando el teatro está lleno suena muy diferente la obra”.
Pero lleno o no el Teatro México, el público es el que da la energía y el efecto a “Mentiras”, convirtiéndose así en parte del musical. “Ha pasado que hay poco público pero está muy prendido y eso motiva”, finalizó Anguiano.