Será a finales de agosto cuando Ana y Bruno, película de animación de Carlos Carrera, llegue a las salas de cine de México, luego de dos años de estar guardada. La historia de Ana, una pequeña niña que dentro de un hospital psiquiátrico convive con extraños seres, ha conquistado el público en varios festivales, como recientemente lo hizo en Tenerife, España, donde obtuvo el premio Quirino al mejor largometraje de animación iberoamericano.

Lo más importante de una película es la historia, asegura Carrera, y ahora con todas las tecnologías disponibles “no hay pretexto para no hacer cine”. De visita en Querétaro, ciudad que el cineasta conoce desde niño y en donde ahora viven su hermana y tíos, reconoce “puedo decir que ya soy un poco de aquí, aunque no le entiendo mucho a la ciudad”, dice.

El cineasta —recordado por películas como La mujer de Benjamín, El crimen del padre Amaro y el cortometraje de animación El héroe— participó en la CONQUE con un taller de dirección y desarrollo de proyectos animados y habló con EL UNIVERSAL Querétaro sobre la presentación en México de su cinta más reciente.

¿Finalmente veremos a Ana y Bruno en el cine?

—Sí, a finales de agosto, ahora sí, después de estar dos años guardadita.

¿Qué pasó en esos dos años?

—La compañía distribuidora estuvo buscando cómo promocionarla bien y encontrarle una fecha donde la competencia no estuviera tan feroz y no saliera con tanta desventaja, todas las fechas están ocupadas desde hace muchos años, todo el tiempo, antes era sólo el verano y diciembre, ahora es todo el año, tienen fechas ya comprometidas para los grandes estrenos de las películas, las más taquilleras de los superhéroes, todo está apañado por Marvel y Disney, y todos ellos.

El público mexicano es muy especial, está buscando lo que viene de fuera, y las historias de superhéroes les gustan mucho. 

—No, el público mexicano es muy bueno, lo que pasa es que no hay de otra, es lo que tienen en la cartelera, por eso es bueno presentarles otro tipo de proyectos para ver cómo reaccionan, si las buenas películas llegan al público las van a ver, porque son distintas historias, no tienen que ser las mismas y con los mismos trucos en donde ponen chistes fáciles y albures.

¿Qué espera de Ana y Bruno?

—Yo espero que llegue en buenas condiciones a la pantalla, que la gente se entere de que existe, que el público la vea, es una película que cuando la hemos pasado en los festivales tiene una característica muy rara, y aunque suene muy sangrón, le gusta a todo mundo, es de esas películas rarísimas que le gusta a todos.

¿Llegó a la CONQUE a dar un taller sobre proyectos animados, qué compartió con esos jóvenes que quieren hacer sus propias películas?

—Que se arriesguen. Lo más importante son las historias, que tengan claro ¿qué quieren contar? Lo primordial es lo que tienen para platicarnos, y todo mundo tiene historias, todo mundo tiene familia y todo tiene un origen, hay mil fuentes, lo primero es tener la historia, luego ver cómo se cuenta, puede ser una historia fantástica o de ciencia ficción, comedia o tragedia. Ahora con las herramientas tecnológicas que hay es más fácil hacer películas, porque pueden hacerlas hasta con celulares, sólo hay que tener rigor y hacerlas bien, no se puede hacer algo a lo loco, lo más importante es la historia, no hay pretexto para no hacer cine, es más difícil que se vea pero ese ya es otro capítulo.

Mira el tráiler aquí:

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