Eurídice es una banda integrada por Hari Sama, en la voz, teclados y clarinete; Javier Arean, en la voz y bajo; Patricio Iglesias en la batería y Paul Zamora en la guitarra. El proyecto fue consolidado hace poco tiempo, pero han logrado posicionarse rápidamente como una influencia importante en el rock mexicano.

La agrupación es la perfecta unión de un cineasta, un artista plástico, un profesor y un músico al 100%.

Recientemente lanzaron su segundo álbum, “Roto”, con el cual harán ruido esta noche en el escenario de La Glotonería, acompañados de Allison y Buen Viaje. Hari Sama (H) y Javier Arean (J) platicaron con EL UNIVERSAL Querétaro sobre su propuesta musical:

¿Cómo inicia este proyecto?

H– Javier y yo tuvimos una banda en los 90 que se llamaba “La muerte de Eurídice”, la historia tiene que ver con que nos conocimos, nos hicimos amigos y creamos ese proyecto, iba muy bien pero no trascendió o no tuvo permanencia por qué no sacamos un disco. Con el tiempo se acabó pues estábamos jóvenes, ahora somos una banda paradójica que lleva 3 años y medio. En ese tiempo dejamos el rock por mucho tiempo y ahora decidimos volver a juntarnos para experimentar con la música, a pesar de que tenemos mucha historia detrás en otros ámbitos, es importante destacar que somos una banda nueva que no niega su origen, pero que estamos buscando nuevos sonidos.

¿Cuáles han sido sus influencias musicales?

J– Nuestro género es una mezcla de rock, new wave y post punk; es esta tendencia que incluye sonidos de la época en la que tocábamos a finales de los 80 y principios de los 90. Las influencias son muy marcadas de bandas legendarias como Depeche Mode y grupos actuales que también nos gustan mucho; al final surge algo de todo lo que hemos oído a lo largo de nuestra historia.

¿Cómo describirían su música?

H– Es una búsqueda sonora que tiene cimiento en el pasado y una nueva escuela de trabajo con el mundo electrónico. Cuando yo era tecladista la onda era lo digital, ahora hay toda una labor contemporánea con la síntesis analógica. Hay muchas influencias de sonoridades, la música electrónica hoy tiene un lugar preponderante en la cultura de masas, desde el pop hasta la onda más underground.

¿Qué escenario los ha marcado como banda?

H– Más que escenarios hemos tenido oportunidades, desde el principio picamos piedra y como mencionábamos somos una banda nueva, por lo que hemos tocado puertas en bares y antros de la Ciudad de México. Al inicio con poco público, lo que sí ha sido un regalo de la vida es la invitación de bandas que se acercan para que vayamos con ellos a algunas giras como La Barranca o Panteón Rococó, quienes nos adoptaron a pesar de ser un género muy distinto.

J– Ahora nos está pasando lo mismo con Allison, se han vuelto personas muy cercanas y sus seguidores han encontrado una propuesta interesante en nosotros. Nos caracterizamos por entregarnos siempre, traemos eso en la sangre y hacemos comunión con el público, siento que hemos tenido espacios generosos.

¿Por qué hacer música?

J– Nos dedicamos a otra cosa paralelamente, pero creo que la música es más una necesidad que se complementa con nuestras carreras como cine y artes visuales. La música es el puente para decir las cosas que no se expresan de otra manera.

H– El rock tiene justo eso que nos permite mezclar nuestras carreras, por ejemplo los dos somos muy clavados en tener una banda integral; con la onda del diseño del disco y la producción, que van de la mano, ya que se transmite información al público de muchas maneras, al final la magia converge de repente al estar en el escenario.

De este nuevo material, ¿Cuál es su canción favorita?

H– Tu planeta, me gusta en el sentido que es una canción que podría ser una melodía romántica en la que de un lugar muy abstracto alguien decide invitar a otro a que explore su planeta. Pero también puede tener otras lecturas, eso es lo que me encanta, podría ser en el sentido más loco, un extraterrestre llegando a otro planeta o podría ser un ser humano intentando conocerse a sí mismo.

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