Las mejores ideas culinarias han surgido por casualidades, o bien, como solución a necesidades fundamentales. El caso del sándwich no es distinto y el origen de la palabra, de procedencia inglesa, lo debemos a John Montaagu IV conde de Sandwich, un pueblo ubicado al suroeste de Inglaterra. Este singular aristócrata que vivió en el siglo XVIII era asiduo a las mesas de juego. La historia dice que, para no levantarse de la mesa, el conde pedía un tentempie, el cual consistía en dos rebanadas de pan que envuelvían porciones de carnes, quesos o embutidos, ideal para saciar el apetito sin ensuciarse las manos o la baraja del brigde. Debido a la frecuencia de sus peticiones, los sirvientes bautizaron a este bocadillo como “sandwich” y, desde entonces, ha sido el emperador del mundo de la comida para llevar.

Mi sándwich favorito

Actualmente, el sándwich es una preparación sumamente versátil, pues se adapta a las combinaciones de sabores, productos y condimentos de todo el mundo; de ahí su popularidad y las grandes cifras en cuando a su consumo. Tan sólo en Inglaterra la industria de los sándwiches para llevar tiene un valor de cerca de 2.8 billones de libras, con aproximadamente 1.69 billones de sándwiches vendidos al año. Las cifras reflejan un hecho: el mundo gusta del sándwich, tanto que el pasado 3 de noviembre se celebró su día internacional.

Los sándwiches más famosos dan cuenta de la preferencia y tradición culinaria de cada lugar. En Francia está el Croque-Monsieur: un sándwich de queso y jamón, bañado en una salsa holandesa o de queso y todo gratinado en la salamandra. Por su lado, Estados Unidos es la tierra del sándwich con versiones armadas con preparaciones de origen europeo, como Reuben Sándwich, elaborado a la plancha con corned beef, queso suizo y col agria, o bien, aquellos que han surgido por su gusto singular para combinar sabores, como el sándwich de mermelada o plátano con mantequilla de cacahuate.

Las versiones mexicanas que han sabido adaptar el sándwich a nuestros productos son la torta y la cemita poblana; en realidad son variaciones que se rigen bajo el mismo principio. Intercambia el pan de caja por una telera o cemita y rellénala con la carne o guisado de tu preferencia: de milanesa, de pierna o jamón con queso, sin duda el sándwich te acompañará en tu camino.

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