La sensación de que una persona simplemente pasa por el mundo y luego se va, eso es lo que sintió Vicentico la más reciente noche en que se encontró con sus fans de la ciudad de México ya que fue el mismo día de la muerte de Gustavo Cerati.
“No pude evitar esa noche pensarlo así. Todas las personas dejan una huella, sean Cerati o no, sean famosos o no. Gustavo inevitablemente dejó un montón de cosas hermosas para conmovernos, para hacernos pensar en la vida”, recuerda de aquel 4 de septiembre de 2014.
El intérprete de “Vasos vacíos” piensa que su compatriota es un auténtico rey del rock and roll como muchos otros, aunque él mismo no se cataloga así. “No me gusta considerarme nada que me encierre dentro de una idea, me da fobia pensar que soy tal cosa porque si al otro día no quiero serlo voy a estar en problemas”, expresa.
Aunque asegura que los números redondos no son su problema (actualmente tiene 50 años) ha aprendido a estar a la altura de las circunstancias y a vivir de la música.
“No sé hacer otra cosa. Hace muchos años que hago esto y creo que lo seguiré haciendo toda la vida. Tuve la suerte que me vaya bien y no tengo esa preocupación (otra forma de ganar dinero), es un oficio como otros por más que tenga alrededor la idea del rock. Hay que dedicarse”.
El argentino sabe que en la época actual la visión del romanticismo se califica como ser “cursi”, pero le tiene un respeto a las canciones y a los intérpretes que se arriesgan a hacerlo ya que en su opinión ser cursi no es dejar de ser verdadero.
“Lo cursi es lindo también. Algo más ridículo todavía es que lo feo es lindo. El mundo de la música a veces llega a puntos de estupidez tan grandes como que uno se niega la posibilidad de escuchar canciones hermosas o cantantes con un corazón tremendo simplemente porque hace determinada música y eso es como mínimo patético; si me interesa algo en el mundo de la música es no cerrarme y tratar de que nadie lo haga”.
Esta parte la traslada a su familia ya que afirma que de cierta forma el amor a ellos lo salvó. “Me dieron una cosa que no tenía que es paz, tranquilidad y un motivo verdadero por el cual vivir. Me salvó de ser un taradito que anda sin rumbo y sin ver la vida como algo bonito”.
El 23 de abril debutará en el Auditorio Nacional en solitario para presentar su disco Último Acto.
Este año también habrá reunión de Los Fabulosos Cadillacs con parada obligatoria en México mientras trabajan en ideas para un próximo álbum inédito.