Esculturas, cerámicas, dibujos y ornamentos creados en toda Europa hace más de 40 mil años han sido reunidos por el Museo Británico para la muestra "Arte de la Edad de Hielo: La llegada de la mente moderna". La exposición, presentada hoy y que se inaugura el jueves, incluye figuras en cerámica y los retratos figurativos más antiguos del mundo conocidos, que el museo presenta en forma de objetos de arte en lugar de hallazgos arqueológicos. Según la comisaria de la muestra, Jill Cook, "mirando las esculturas y los dibujos más antiguos de Europa vemos lo más profundo de la historia de cómo nuestros cerebros comenzaron a almacenar, transformar y comunicar ideas e imágenes visuales". La exposición, que estará abierta hasta el próximo 26 de mayo, demuestra, de acuerdo con el museo, que "se pueden reconocer y apreciar estas imágenes. Incluso si sus mensajes e intenciones se nos pierden, la habilidad y el arte continuarán asombrando al espectador". A través de la evidencia arqueológica del sur de África, tenemos la certeza de que el cerebro moderno emergió hace más de 100 mil años con la aparición del arte y de los patrones de comportamiento complejos, según el museo londinense. Los creadores de las obras exhibidas "tenían cerebros con la capacidad de expresarse simbólicamente mediante el arte y la música". Dividida en tres secciones, la primera parte de la exposición se centra en la "Edad de Hielo" -último período más o menos reciente en la historia de la Tierra en el cual extensas zonas de la superficie terrestre fueron ocupadas por casquetes de hielo, y el clima se enfrió a nivel global-, y en cómo hace 40 mil años los humanos se extendieron desde África hacia Europa. Entonces, los nuevos estímulos recibidos, producto de encuentros con poblaciones indígenas de los Neandertales o del gélido clima, motivaron que sus imaginaciones florecieran, produciendo notables obras de arte, como las famosas cuevas de Chauvet, Lascaux y Altamira y otras menos conocidas con piedra, hueso o marfil. La segunda sección se centra en la aparición del arte figurativo por primera vez en la historia de la humanidad en Europa y exhibe algunas de las pinturas y esculturas figurativas más antiguas. Una de ellas es una escultura de un mamut en marfil que data de hace 23 mil años, procedente de Lespugue, en Francia. Según el Museo Británico, el pintor español Picasso se sintió tan "fascinado" por esta pieza que se quedó con dos copias. Así, la última sala de la exhibición recoge obras de artistas modernos como Picasso, el británico Henry Moore o el francés Matisse, para que el espectador aprecie "las conexiones establecidas a lo largo del tiempo" entre sus obras y las realizadas hace miles de años.

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