QUERÉTARO.— Ante el encarecimiento de la producción de libros, el polémico escritor Washington Cucurto creó en Argentina la primera editorial de cartón, que fue bautizada con el nombre de Eloisa Cartonera.

Esa misma idea de hacer libros con materiales reciclables como cartón y papel se fue reproduciendo por Chile, Brasil, Ecuador, Perú, Paraguay y Centroamérica, hasta llegar a México.

En Querétaro, en 2010, el chileno Héctor Hernández Montecinos habló de Hasta la vista baby, proyecto cartonero que le daría continuidad a su trabajo como editor, luego de haber trabajado en Santa muerte cartonera, una de las primeras editoriales de cartón que surgieron en México.

En 2011, también en Querétaro, Lalo Barrubia y Ulrika Selring, dos poetas suecos, abrieron la cartonera Poesía con C.

Selring comentó que adoptaron este proyecto por su versatilidad y economía, además agregó que “lo que se está haciendo en Latinoamérica es más experimental y fresco que lo que se está haciendo en Europa”.

Las cartoneras, a parte de promover el reciclaje, han servido para dar un espacio de expresión a ciertos sectores sociales, por ejemplo, en España hay una editorial que se llama “Menimas Cartoneras, y son mujeres las que están encabezando el proyecto; y hay un caso muy particular en Argentina, el de una cartonera de una prisión de mujeres”.

Cosa Nostra Cartonera es el primer sello editorial que existe en Querétaro, creado por José Manuel Velázquez, coordinador del Seminario de Creación Literaria de Querétaro. (Rocío G. Benítez)

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