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Comer en casa ajena

Comer en casa ajena
01/10/2015 |00:33
Redacción Querétaro
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El social dinning es una tendencia en internet que pone en contacto a personas para disfrutar experiencias culinarias en la comodidad de los hogares. Este fenómeno es muy popular en Francia y va más allá, dicen, de cocinar un menú a los comensales: se trata de un intercambio cultural para socializar y charlar de primera mano con lugareños de distintas ciudades. Se trata también de una forma de "economía colaborativa", con ejemplos exitosos como lo son las guías turísticos como freetours o en el sector hotelero con la popular Airbnb. Las plataformas ligadas a la gastronomía como voulezvousdiner.com o VizEat son compañías exitosas de este modelo y se están abriendo paso en otros países.

VizEat, que comenzó en 2014, opera actualmente en 60 países con más de tres mil "anfitriones" en todo el mundo, según su representante para Latinoamérica, Jocelyne Massicot. El funcionamiento es sencillo: cualquier usuario puede registrarse y acceder a las ofertas de menús caseros. Funciona de manera similar a Ebay, donde los consumidores escriben comentarios sobre sus experiencias. Los precios de las comidas son variables y son fijados por el ofertante, aunque se puede llegar a acuerdos con el huésped, incluso, sobre el menú.

La creación de este proyecto -que actualmente está traducido al inglés, francés, italiano y español- fue idea de dos franceses que, tras sus viajes por Perú y por China, descubrieron la experiencia de compartir con los locales. Por su lado, Voulezvousdiner fue creada en 2010 y funciona actualmente en treinta países, incluyendo a México. Una de sus anfitrionas es Emilie Sabathe, una parisina que ofrece un menú a los usuarios interesados. Emilie da la bienvenida en su casa de Montmartre y por un precio promedio de 25 euros, proporciona dos platos, bebida y postre a sus huéspedes, "una cantidad más que asequible teniendo en cuenta el costo aproximado de los restaurantes en París". Sabathe acuerda con sus "invitados" platos que cocina, aunque afirma que su especialidad es la gastronomía francesa.

Esta apasionada de la cocina, como ella se define, recibe a unos cuatro o cinco huéspedes una vez al mes y dice que la gente que, como ella, abre las puertas de su casa "no proporciona solo comida, sino ofrece compartir una velada agradable intercambiando intereses culturales y conversación en un ambiente amigable". Este nuevo modelo de "economía participativa" en el ámbito gastronómico abre un debate sobre la necesidad de regulación; no obstante, los usuarios de las plataformas de social dinning insisten en que el concepto ofrece mucho más que ir a comer: se trata de una manera libre de disfrutar de la comida, que no infringe ninguna ley. Los países donde el concepto tiene más éxito son Francia, Estados Unidos, Italia y España. EFE