Convertir una barbería en un verdadero “santuario” para los hombres; donde puedan asesorarse sobre cortes de barba, cabello o tratamientos para la piel, es el objetivo de la Barbería Padre e Hijo 1867, administrada por Carlos Ortega y su hijo Óscar.

Ambos emprendedores decidieron aprovechar un nicho que estaba apunto de desaparecer. “Nosotros invadimos los espacios de belleza de las mujeres y las estéticas se hicieron mixtas, ahora como hombres queremos tener nuestro propio espacio. Por eso iniciamos este negocio”, comenta el emprendedor.

Inicio

Esta pequeña empresa comenzó con el deseo de Óscar Ortega, emprendedor que quería innovar en el mundo de las barberías y crear algo que evocara a las barberías tradicionales, donde los hombres no sólo iban por un corte de cabello o de barba, sino que acudían a estos lugares por asesoría sobre su imagen personal y, por qué no, a platicar y relajarse con su círculo de amigos.

La barbería. Negocio convertido en  un “santuario” de hombres
La barbería. Negocio convertido en un “santuario” de hombres

Óscar tenía muy claro el concepto que quería lograr, pero no podía hacerlo sólo, por eso se asoció con su padre Carlos Ortega, y juntos crearon su negocio.

“Mi hijo es mercadólogo, por eso siempre tuvo muy claro lo que él quería hacer, me dijo que nosotros no seríamos competencia para nadie y nadie sería competencia para nosotros, porque nosotros no íbamos a vender cortes de cabello, sino un servicio de mejoramiento de apariencia para los hombres, que se den un regalo a ellos mismos que los deje impecables”, comenta Carlos.

“Me convenció de la idea y nos asociamos, todo resultó muy bien, como él lo había previsto. Incluso yo me metí a estudiar a una escuela de barbería para entender el trabajo de los que serían mis barberos, para entender las peticiones de los clientes. Desde un principio me puse a investigar sobre el mundo de la barbería que era algo totalmente nuevo para mí. Y todo el éxito es por mi hijo, por la visión que él siempre tuvo”.

Concepto

El objetivo de esta barbería es que cada hombre viva una experiencia de relajación y convivencia con amigos, más que sólo ofrecer cortes de barba o cabello, y para lograrlo Carlos recibe a cada uno de sus clientes con una calidez que evoca a los amigos de la infancia; los invita a tomar asiento y les ofrece una taza de café, un refresco o incluso un caballito de tequila.

La barbería. Negocio convertido en  un “santuario” de hombres
La barbería. Negocio convertido en un “santuario” de hombres

Aquí vienen clientes de muy buen nivel, profesionistas, dueños de empresas o que trabajan para empresas importantes, todos están buscando un servicio de primera calidad que salgan con la total satisfacción de su apariencia y, claro, pasando un momento agradable. Les inventamos alguna bebida que a ellos les guste, la música que les agrade, si traen a algún invitado también a él lo tratamos muy bien”, destaca el emprendedor.

“Aquí nos convertimos en amigos, porque esta actividad implica cierta fidelidad con el barbero; si alguien te hace sentir bien y cuida tu imagen, quieres volver siempre al mismo lugar”, agrega.

Problemáticas

Carlos Ortega confiesa que al principio se mostró escéptico con los planes de su hijo Óscar sobre la barbería; sin embargo, ahora está sorprendido con la buena respuesta de sus clientes. Aunque, comenta, como cualquier emprendedor, aún se enfrenta a resolver algunos conflictos, por ejemplo, el de la rotación entre sus empleados.

Considera que debido al nivel de exigencia que él y su hijo se han planteado para esta microempresa, encontrar barberos responsables y que realicen su trabajo con excelencia ha sido uno de los obstáculos más difíciles que ambos emprendedores han tenido que superar.

La barbería. Negocio convertido en  un “santuario” de hombres
La barbería. Negocio convertido en un “santuario” de hombres

“Hay muchas barberías en Querétaro, o que dicen que son barberías, eso provoca mucha rotación del personal, eso nos ha costado mucho trabajo. Desde que abrimos este negocio, hace siete meses, hemos tenido ocho barberos, todos muy buenos, pero sin ese compromiso de formar parte de un solo proyecto. Nosotros nos esforzamos siempre por tener a los mejores barberos, ahora el reto es mantenerlos, ya hemos aprendido muchos obre eso”, destaca.

A pesar de la respuesta positiva que ha tenido la Barbería Padre e Hijo 1867, Carlos Ortega no olvida que tiene competencia; expone que actualmente se vive en un boom de barberías y estéticas, aunque pocos de estos negocios ofrecen un verdadero servicio de calidad.

“Nos hemos dado cuenta de que los que dicen que son barberías, en realidad son peluquerías porque la gente sólo va a que le corten el pelo cuando ya lo tienen largo, pero nosotros les estamos dando algo contrastante, aquí vienen los clientes a arreglarse el cabello, cuando lo tienen maltratado o con un corte mal hecho, aquí el barbero asesora al cliente, porque muchas personas no saben qué es lo que les funciona mejor”.

Planes a futuro

Ambos emprendedores, Carlos y Óscar Ortega, están decididos a pensar en grande, por lo que planean abrir al menos 10 sucursales de esta barbería no sólo en Querétaro, sino también en Corregidora y El Marqués.

Carlos recomienda a los emprendedores no desistir de cumplir su sueño de emprendedurismo ante el primer fracaso. Comparte que alcanzar el éxito en una empresa propia no es algo que se consiga de la noche a la mañana.

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