La casa de Lorena Talavera se encuentra al norte del estado, con una vista privilegiada a un lago.

Posee una gran historia, ya que fue construida hace casi dos décadas por su padre, Jorge Talavera, como un regalo para su madre, María del Carmen Rodríguez-Saro, quien le heredó el inmueble hace 4 años.

“Le agradezco  haber pensado en mí para dejármela y a mi padre por construirla, ya que es una casa llena de amor y eso se percibe en cada rincón”.

La residencia de un piso tiene una gran similitud a la hacienda en la que su madre vivió durante toda su infancia en San Juan del Río, y mantiene la esencia y estilo mexicano antiguo de principios del siglo XX.

En el recinto destaca un patio central con una fuente, que tiene la escultura “El origen de una raza” del artista Carlos Espino, que representa a ella  y a sus hermanos.

“Recuerdo que no  pudimos ver la casa hasta que estuvo terminada, por lo que fue una sorpresa para todos. Mi papá reunió a toda la familia para mostrárnosla y celebramos juntos con una comida muy especial”, expresa Lorena.

El comedor, que perteneció a una de las primeras abogadas de México, Carmen Otero, es uno de los lugares preferidos de Lorena, ya que ahí comparte junto con su familia grandes momentos.

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