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¿Cuál es la historia de la Hacienda Laborcilla en Querétaro?

Muros con historia: Conoce la fascinante historia de Laborcilla, el centro agrícola de Querétaro que alimentó a la región

Muros con historia: Conoce la fascinante historia de Laborcilla, el centro agrícola de Querétaro que alimentó a la región. Foto: Hacienda Laborcilla, Facebook
20/10/2025 |15:40
Jessica Gayosso
Redactora en los sitios regionales de EL UNIVERSALVer perfil

Las paredes de la , en el corazón de Querétaro, guardan la historia de más de 200 años. Lo que en el siglo XVIII fue un centro de almacenamiento de trigo y cultivos, hoy se alza como uno de los restaurantes más conocidos de Querétaro, espacio que ofrece un auténtico viaje en el tiempo como patrimonio cultural e histórico de la humanidad por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

La Hacienda Laborcilla y su transformación

Esta propiedad fue clave para el sustento económico y agrícola de la región. A través de los años, el recinto pasó por distintos propietarios, siendo incluso sede del Colegio Kennedy y después un elegante salón de fiestas.

El territorio de esta hacienda se extendía desde la colonia Álamos hasta el río Universidad. Aquí se producían granos para sustento de la comunidad. Sus grandes instalaciones, incluyendo las trojes de 1838, servían para guardar semillas de trigo, maíz y cebada durante siglos.

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Los detalles que cautivan a todo el que lo visita son sus muros de mampostería de gran espesor, de piedra y adobe, que proporcionan aislamiento térmico.

La hacienda se ubica en Prolongación Corregidora Norte 911BIS, Querétaro Foto: Hacienda Laborcilla

El diseño se organiza en patios centrales amplios que son el corazón del edificio. Los trojes, que son estructuras de madera para almacenar los granos, poseen una estructura sólida y con techos altos que funcionaban para la ventilación del trigo.

Su arquitectura permite que cada rincón cuente la historia de la vida de esos días y como albergó espacios centrales para la vida comunitaria de ese siglo.

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Un giro radical llegó cuando la hacienda fue adquirida por la Familia Laborcilla, quienes vieron el potencial de revivir este espacio histórico. Fueron cinco años de restauración, en que se conservó su estructura original, sus bellos arcos coloniales y sus imponentes muros. Así renació en 2009 el edificio como un sofisticado restaurante.

Hoy la experiencia en esta hacienda es un homenaje al pasado. Se enfocan en realizar platillos con ingredientes locales y recetas que aluden al legado agrícola de la región.

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