El centro de reinserción social que estaba en el parque Alcanfores ahora está en avenida Universidad poniente y las 39 personas en situación de calle que forman parte del programa pasaron su primera noche ahí este miércoles, informó Adriana Bouchot Beltrán, directora del Instituto para la Prevención de Conductas de Riesgo.

La inversión fue de 460 mil 35 pesos en rehabilitación estructural, y 750 mil 798 pesos para la habilitación de las diferentes áreas y el equipamiento, lo que da un total de 1 millón 210 mil 833 pesos.

La funcionaria reiteró que este espacio es solo un hogar de transición, no un albergue, pues el objetivo es la reintegración social.

Anteriormente este edificio pertenecía al DIF estatal, pero el pasado 15 de enero el gobierno del estado lo otorgó en comodato en favor del municipio de Querétaro para el programa de apoyo a personas en situación de calle.

“Estamos quitando casas de campaña y todo lo que tenemos en Alcanfores, que son muchas cosas, a más tardar este jueves ya sacamos todo y dejarlo limpio (...) La apertura depende de Servicios Públicos y los escenarios por la pandemia”, aclaró.

El nuevo espacio cuenta con patio al aire libre para realizar actividades recreativas o deportivas, oficinas para el equipo operativo, espacio de lavado con lavadora y secadora, en la planta alta están los dormitorios con capacidad para 26 personas cada uno, hay baños y regaderas, así como un espacio de lectura con libros donados por la Secretaría de Cultura.

“En la parte de abajo está el comedor con cocina, con bodega para almacenar alimentos, esperamos que la sociedad civil nos siga apoyando, porque no hay gobierno que pueda mantener un espacio así, por eso el trabajo debe ser coordinados; estamos poniendo el área de televisión”, añadió.

Bouchot Beltrán agregó que actualmente hay ocho personas con mayor dificultad para vincularlos laboralmente, pero otros están por salir a vivir en sus propios espacios; reconoció que en seis meses que dura el programa sí hay recaídas y deserciones, pero son personas que logran tener una nueva vida.

Recordó que la persona en situación de calle debe decidir entrar al programa de forma voluntaria y durante dos meses se trabaja en la parte emocional, así como se generan diagnósticos, historias de vida, etcétera.

Cuando ya existe un estado emocional más estable se puede empezar a vincularlos, dependiendo sus experiencias previas, a un trabajo durante cuatro meses.

“Este proceso es con acompañamiento sicológico porque puede haber boicots y deserción en su formalidad en su regreso a la sociedad, también tiene capacitación para el ahorro, esos cuatro meses trabajamos esa parte (...) El último mes buscamos o lo vinculamos a carteras de vivienda para que puedan a tener las posibilidades de rentar un espacio”, detalló.

La funcionaria reconoció que es una gran apuesta y reto porque es una población compleja de reinsertar en la sociedad.

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