Quienes son trillizas enfrentan diversos retos, entre ellos que las personas que las rodean desean verlas como un solo ser, sin tener en cuenta que cada una desarrolló su propia personalidad.

En contraste, entre las ventajas se encuentra la garantía de que siempre tendrán a alguien con quien contar, declararon en entrevista conjunta las trillizas Alondra, Arlet y Alexa, quienes el 17 de mayo cumplieron 15 años.

Las tres participarán en el Encuentro Nacional de Nacimientos Múltiples, que se desarrollará en julio en la capital queretana.

Recuerdan que hasta los nueve años tenían que usar exactamente los mismos atuendos, pues era fácil para su mamá encontrarlas si alguna simplemente se separaba del grupo, lo que, afirmaron entre risas, ocurría seguido.

Al principio les gustaba vestirse igual, pero después les generó molestias que las personas no supieran diferenciarlas o que se les impusiera combinaciones que sólo a alguna de ellas les gustaba. Para dejar en claro que son personas diferentes es que la secundaria la cursan en grupos separados.

La diferencia de personalidades también se reforzó con el tiempo, pues mientras que Alondra y Alexa son extrovertidas, Arlet prefiere cuidar más su privacidad, por lo que, en ocasiones, siente que sus hermanas la excluyen; ellas argumentan que a Arlet le cuesta convivir con los amigos de ellas.

“En la casa todas somos muy unidas, nada más que [a Arlet], afuera le cuesta en la escuela”.

A partir de los 12 años se intensificaron las diferencias en sus gustos y aunque se prestan la ropa, tratan de no hacerlo, pues enseguida sus amigos las comparan.

“En la primaria teníamos las mismas amistades, porque íbamos en el mismo salón, pero ya cuando entramos a la secundaria, cada quien entró a su salón y cada quien tuvo sus propias amistades”, declaró Arlet, al recordar que la primaria resultó fácil, pues las tres se ayudaban con la tarea.

Alondra agrega que querer lo mismo o, al contrario, querer cosas totalmente opuestas les genera discusiones, pero lo importante es que trabajan en tener un vida propia y ser más independientes.

Aunque aún falta tiempo para que deban elegir una carrera, a las tres les interesa seguir los pasos de su mamá y convertirse en veterinarias. Todas le han ayudado en su labor y mientras que Alexa se dice encantada por la idea, Alondra aún tiene dudas, pues no le gusta ver sangre.

“Me gusta más la gastronomía, a mis hermanas no sé, pero a mí me da mucho miedo la sangre, le pienso, pero sí soy la que más le ayuda en la veterinaria a mi mamá”, dice.

Al oír esas dudas en su hermana, Alexa y Arlet explican que estudiar la carrera de veterinaria es uno de muchos futuros que podrían construirse, pero no descartan trabajar juntas.

Para Alondra, los gustos similares o radicalmente diferentes es una de las principales dificultades a las que se enfrenta como trilliza, mientras que Alexa resalta que uno de sus recuerdos más entrañables de niña es la facilidad con la que podían confundir a las personas.

Arlet finaliza la entrevista, al detallar que lo más importante, para ella, es saber que tiene personas que la entienden y que, al ser trilliza, tiene la certeza de contar con dos hermanas a las que puede recurrir tanto en los momentos difíciles, como en los maravillosos.

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