El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) da mantenimiento a los monumentos dañados por grafiti.

Rosa Estela Reyes García, directora del INAH en Querétaro, dijo que cada uno de los monumentos que están en el Centro Histórico cuenta con características especiales, de ahí que antes de realizar acciones de limpieza se requiere de un análisis profundo respecto a los elementos de la superficie a limpiar y los productos que pueden emplearse para intervenir el espacio sin dañarlo.

El personal responsable de limpieza, apuntó Reyes García, no puede utilizar solventes propios, tampoco puede cometer el error de pintar sobre la intervención.

Remarcó que antes de que se realice el retiro de la pinta, el INAH está obligado a registrar cada una de las que se realizaron, cuando fueron producto de alguna protesta, para resguardar el contenido de las quejas.

“Tenemos que tener muy claro la recepción del grafiti, documentamos por qué protestan, quiénes protestan, qué es lo que dicen, también lo documentamos porque son espejos de la sociedad en la que vivimos, todo eso nos interesa y todo eso lo registramos”, expuso.

La extracción de pintas que se realiza en el Centro Histórico es responsabilidad del municipio de Querétaro, de ahí que se generó un programa conjunto con la delegación del Centro Histórico, para que el personal de limpia sepa qué debe hacer en cada uno de los casos.

No todos los grafitis que se realizan en monumentos del Centro Histórico se realizan dentro de acciones de protesta y jamás se utilizan los mismos elementos para causar un daño en la superficie.

“Hablar de grafitis es hablar de una variedad  de circunstancias, a veces es aerosol, a veces es otro tipo de pintura, a veces es plasmada en metales, a veces en muros, a veces en piedra, a veces en el piso; entonces, toda esta diversidad de pinturas y esta diversidad de materiales en donde cae la pintura [debe tomarse en cuenta]. La pegatina nos hace menos daño que la pintura”, expuso Rosa Estela.  

Toda esa información que deben poseer antes de realizar su labor es compartida por personal del Instituto Nacional de Antropología e Historia a los encargados de realizar las acciones de limpieza, para evitar que causen un nuevo daño al tratar de reparar el anterior.

“Requiere de un conocimiento más o menos amplio sobre qué tipo de solventes, qué tipo de técnica para quitarlo, por ejemplo, en Los Arcos, en el Acueducto, toma mucho trabajo y nos duele mucho que sea en la parte de las uniones, donde está el mortero, porque ahí se penetra mucho la pintura, en esos casos nos cuesta más”, expuso.

Indicó que existen monumentos en los que resulta más fácil retirar las pintas, especialmente aquellos hechos de metal, toda vez que ya tiene el INAH materiales probados para retirarlas sin dañar la pintura.

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