De aplicarse el impuesto a las remesas, Querétaro podría dejar de recibir 13.5 millones de dólares durante el próximo año, de acuerdo con el análisis del comportamiento de estos ingresos, elaborado por BBVA Research.

Querétaro se mantiene entre las entidades con menor afectación relativa ante un posible impuesto del 3.5% sobre el envío de remesas desde Estados Unidos, una propuesta aún en revisión en el Senado del país vecino. De acuerdo con un análisis de BBVA Research, el estado no figura entre las cinco entidades más vulnerables por proporción del total recibido, aunque podría registrar una reducción importante en el ingreso de divisas si se aprueba la medida.

En abril de 2025, el Banco de México reportó una caída anual de 12.1% en las remesas enviadas al país, uno de los descensos más marcados desde 2012. Aunque Querétaro no concentra los volúmenes más altos, los flujos que recibe tienen un impacto directo en la estabilidad económica de miles de familias.

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La entidad ha registrado un incremento sostenido en la recepción de estos recursos en años recientes, particularmente en municipios con alta migración hacia Estados Unidos, como Amealco, San Joaquín y Peñamiller.

El retroceso en los envíos se atribuye principalmente a dos factores: la incertidumbre generada por las políticas comerciales de Estados Unidos bajo la administración Donald Trump y la depreciación del dólar, que pasó de un tipo de cambio promedio de 20.35 pesos en noviembre de 2024 a 20.06 en abril. Además, la propuesta fiscal que plantea gravar las remesas podría incentivar el uso de canales informales, reduciendo la trazabilidad de estos recursos.

A nivel nacional, las entidades que más resentirían la aplicación del impuesto del 3.5% serían Michoacán, Guerrero, Oaxaca, Puebla y Guanajuato, tanto por el volumen de remesas recibidas como por su peso en las economías locales. BBVA estima que Guerrero y Puebla, por ejemplo, verían caídas equivalentes al 3.2% y 2.6% de sus ingresos por remesas, respectivamente.

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El informe también subraya el impacto positivo de las remesas en la reducción del estrés financiero de los hogares receptores. En localidades medianas, como muchas que hay en el Bajío, se registró una diferencia de hasta 5.1 puntos en el índice de estrés financiero entre quienes reciben remesas y quienes no. Las principales diferencias se observan en la menor preocupación por el endeudamiento y la posibilidad de afrontar gastos imprevistos.

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