De acuerdo con unos reportes, la operación de las autoridades de Morena ha dejado muy mal parado al movimiento.

Algunos morenistas han denunciado que se vendieron candidaturas en el partido en Querétaro para las elecciones intermedias de 2021. ¿Qué se puede comentar?

Hasta por un millón y medio de pesos, según algunos reportes, se vendieron candidaturas en Morena Querétaro para contender en las elecciones del año pasado. Esto ha sido comentado por una excandidata hace unas semanas en su denuncia presentada al Consejo Estatal, cuyas autoridades han declarado que buscarán el esclarecimiento del Consejo Nacional, órgano que presuntamente vendió tales candidaturas.

Pensar que lo anterior sólo sucedió en Querétaro sería difícil de considerar, sobre todo porque fue el Consejo Nacional del partido quien vendió las candidaturas, no un órgano estatal, por lo que en realidad pudo haberlo hecho en todas las entidades  donde tuviese representación.

No podemos decir que esta dinámica sea nueva en la política mexicana. Desde luego que otros partidos  antes que Morena realizaban estas operaciones y les otorgaban la candidatura de tal o cual contienda al mejor postor.

Estas acciones merman severamente a nuestra democracia, porque al final de cuentas quien consigue la posibilidad de fungir como funcionario público termina siendo quien más pagó y no quien mejor posicionado esté a raíz de su popularidad, sus propuestas y su identificación con los ideales del partido. Además, no hay que perder de vista que ese dinero que se paga por la candidatura  es un soborno para inclinar la balanza y preferencia hacia una persona sobre otra.

La situación que habría que destacar  es que fue Morena quien realizó estas operaciones cuando su líder y hoy mandatario del país, Andrés Manuel López Obrador, aseguró  en innumerables ocasiones, antes y después de ganar las elecciones presidenciales de 2018, que su movimiento de regeneración nacional y su gobierno “serían honestos, no mentirían, no robarían y no traicionarían al pueblo de México”, puesto que no eran iguales a los anteriores gobiernos que hemos tenido.

¿Cómo se explica esta serie de operaciones efectuadas desde lo más alto del partido si López Obrador prometió que él, su gobierno y su movimiento serían honestos y no como los demás presidentes y gobiernos anteriores? Quizá la forma para explicar esas transacciones es que no hayan sido “ventas” en realidad, sino que hayan sido interpretadas como “donaciones para la transformación del país”.

Sería difícil pensar de otra manera. Recordemos que el hermano de López Obrador, Pío López, recibió millones de pesos, no como sobornos u otra operación ilícita, sino como donaciones para Morena y su proyecto político. Cuando se otorgan donaciones lo más normal es que la operación se realice en lo oculto, sin dejar rastro ni generar un recibo fiscal, justo como ha sucedido con los familiares del mandatario y las candidaturas de Morena. Pensar de otra manera es calumniar contra el gobierno en turno, contra Morena y prácticamente contra el país.

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