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La devoción hacia San Judas Tadeo inspiró el camino de cientos de peregrinos que desde este domingo comenzaron a llegar a la capilla de La Noria, ubicada en el municipio de El Marqués.
Las peregrinaciones llegaron poco a poco, algunas caminando, otras en bicicleta, en camiones o automóviles. Acudieron en familia, y otros más con grupos de amigos y vecinos. Con estandartes en mano, y con imágenes del santo patrono de las causas difíciles, avanzaron los peregrinos, entre el sonido del claxon de tráilers y camiones, que también peregrinaron a vuelta de rueda.
En la fiesta patronal, organizada por el Seminario Conciliar de Querétaro, hubo adultos y niños con la vestimenta de San Judas Tadeo, para honrar su intersección. A su llegada, cientos de personas hicieron fila para entrar a la pequeña capilla, para dar gracias, para pagar una manda o simplemente por tradición.
El calor que provocaron los rayos del sol, no importó para los peregrinos, porque la fe y la esperanza eran más fuertes.

Desde temprano hubo peregrinaciones de choferes de comunidades como Coyotillos, Santa Rosa de Lima, La Curva, El Paraíso, Guadalupe La Venta y Vicente El Alto.
Más tarde llegaron peregrinaciones de los grupos de Amazcala, Colón, Aguazul, El Gallo, La Peñuela, Ajuchitlán, El Colorado, San Ildefonso, Galeras, La Piedad, San José Navajas, entre otras comunidades. Además, se presentaron peregrinaciones de Casa Blanca, Mercado de Abastos, Mercado Escobedo, Lindavista, El Marqués, San Pedrito Peñuelas, La Noria, La Estancia, Reforma Lomas, El Sauz y más.
Al mediodía, el obispo de la Diócesis de Querétaro, Fidencio López Plaza, ofició la misa dedicada a las familias, a la paz en el país y a los peregrinos.
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“La paz no está con nosotros, si nosotros no estamos en paz con los demás”, fue el mensaje con el que inició la homilía.
Antonio, vecino de Santa María Magdalena, es devoto de San Juditas desde que tenía 11 años, hoy en día tiene 35 años. Acudió este domingo a la capilla de La Noria, previo al festejo grande del 28 de octubre.
Desde su casa, comenzó el recorrido caminando a las 3:30 de la mañana, acompañado de su hermano Luis y un amigo; llegó a la capillita después de las 7:00 de la mañana.
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Acudió cargando una imagen de San Judas Tadeo, que pesa aproximadamente siete kilos, pero entre los tres se turnaron. La imagen fue un regalo que le hizo Antonio a su hermano Luis.
“Con éste, ya son dos años que venimos caminando, pero yo cada 28 me vengo corriendo. Serían ya cuatro años corriendo y dos caminando”, señala.

Antonio se dedica a la construcción y también es pintor; tiene una hija, a la que le inculca la devoción a San Judas Tadeo.
“Agradecimiento de todo el año, que nos ha socorrido con trabajo, salud y bendiciones. Me ha hecho varios milagros, había veces que no tenía trabajo, me encomendaba a él y de la nada llegaba el trabajo”, relata.
Este año, la vendimia no faltó en el festejo, había pan, ropa, llaveros, trastes, veladoras, gorras, sombreros, ropa, accesorios y playeras. También hubo grupos de danzantes y personas que regalaron comida, agua, dulces y fruta a los peregrinos.
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Como la familia Zarazúa, que vive en San José El Alto y acudió ayer a la fiesta patronal de San Judas Tadeo, para regalar mole, arroz y pollo a los asistentes.
Alma Delia refiere que la familia es devota de San Judas Tadeo desde hace muchos años, pero es el primer año que acuden a regalar comida; la acompañaron su esposo y sus hijos.
“Es en agradecimiento de que tenemos salud y estamos bien todos. Todos los años que venimos observamos que regalaban comida, por lo que decidimos organizarnos y regalar también comida a todos los que se pueda”, dice. Menciona que si “Dios nos da licencia, el próximo año también regalaremos comida”, como una muestra de fe y devoción, pero también de agradecimiento.

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