El Paraíso se perdió. Ubicado en el municipio de Peñamiller, El Cañón del Paraíso, sitio visitado por turistas por su belleza natural, actualmente se encuentra en condiciones insalubres por la contaminación de las pozas de agua con basura y heces de animales, además de que el agua del río es extraída por vecinos del ejido que almacenan el líquido en cisternas.
Promocionado como un “lugar apto para practicar el campismo. Se encuentra situado a 2 300 msnm, en la Sierra Gorda.´ Cuenta con cabañas, restaurante, bella vista y camino de acceso de tercería en buenas condiciones”, actualmente dista de ser adecuado para los visitantes.
Cuando los visitantes llegan a El Paraíso, como también es conocido, son recibidos por un “retén” de jóvenes del ejido que piden una cooperación de 20 pesos, para la conservación del camino, aunque éste es de terracería y siempre ha estado en las mismas condiciones.
Luego se llega a donde empieza el ejido Peña Blanca, a uno de los estacionamientos, pues supuestamente se cuenta con varios espacios para este fin, donde cobran 100 pesos por persona para entrar y 50 pesos por estacionar el automóvil.
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Andrea, visitante de El Paraíso, dice que los 100 pesos no incluyen ni baños, ni vestidores, porque cada restaurante que está en la entrada cobra por usar el baño. “Te sales del estacionamiento, te vas por el caminito, porque hay casas que tienen cerca de púas, y encuentras heces de perros.
“Llegas a donde empieza el río, donde hay más negocios de comida, y está una persona del ejido que te dice que si sabes nadar te vayas por el centro. Si no sabes nadar por una orilla. Pero lo primero que ves es un perro nadando en el agua.
“ Más adelante, ves otro perro que viene con una familia de paseo. A fuerza te tienes que meter al agua, para seguir caminando. Pasamos y nos encontramos a otra familia con otros dos perros. Luego más adentro te encuentras con más perros.
”Vas subiendo y ves a los pececitos, pero también ves a la gente en medio del agua con sus latas de cerveza, con sus botellas. También ves a una personas del ejido que está recogiendo la basura”, narra la mujer, quien visitó el lugar semanas atrás con su familia.
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Agrega que conforme se camina más al fondo del cañón el visitante se encuentra con más perros nadando en las pozas. En algunas otras se encuentra una especie de lama verde, así como estiércol de ganado.
“La cereza del pastel fue cuando llegué a la última pocita y me encuentro a una señora con sus tres perros mojados y ella enjabonándose la cabeza. Se estaba bañando ella en el lugar. El caso es cuando te das cuenta estás nadando en agua con mucho fango, más el agua donde nadaron los perros y con un lugar lleno de excremento de perros. Sí se permite entrar a perros utilitarios, pero yo no vi a nadie ciego. Vi familias que llegaban con perros”, abunda.
Por su parte, la directora de Turismo del municipio de Peñamiller, Esmeralda Chávez Mendoza, señala que ellos, como autoridad, brindan capacitaciones y cursos para que se encuentren actualizados.
Sobre reglamentos, comenta que son internos, dentro de la comunidad, pero no tienen validez como tal para el área de Turismo municipal, indica. Destaca que en este momento se trabaja en un reglamento de Turismo para Peñamiller.
Explica que en la zona hay dos áreas. Una es el ejido de Peña Blanca y la comunidad de El Paraíso, que trabajan juntos para operar como prestadores de servicios. “El territorio pertenece al área natural protegida de la Reserva de la Biosfera de la Sierra Gorda. Por ello, hay mucho apoyo de Conanp”, destaca.
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Indica que por lo regular entre semana no hay mucha actividad, pues los guías que trabajan en el sitio sólo lo hacen viernes, sábados y domingos, pues tienen otros empleos, muchas veces en la capital.
Agrega que la comunidad ha trabajado en los últimos tiempos para ofrecer servicios de comida, baños, bebidas, ofrecer zonas para acampar.
La funcionaria municipal comenta que apenas en la pasada Semana Santa fue a El Paraíso y lo encontró en buenas condiciones. “A cada persona que le preguntamos les gustó mucho, porque es muy limpio, porque la gente se encarga de darle mantenimiento”, sostiene.
Del mismo modo dice que tuvo buenos comentarios del lugar, con tranquilidad y personas muy amables. Subraya que los comentarios que más recibió fueron sobre la limpieza.
Sin embargo, El Paraíso vive tiempos complicados por falta de reglamentos claros, y visitantes que no respetan el entorno, a pesar de ser una zona de reserva y que debe ser protegida.