La Diócesis de Querétaro urgió a valorar el papel fundamental de la mujer, pues en la medida que eso ocurra se reducirá la violencia. La declaración la realizó en entrevista, el vicario general Martín Lara Becerril, en la que también remarcó que existe un gran respeto hacia quienes integran la comunidad LGBTI+.

El llamado a respetar al sector femenino lo realizó al hablar respecto a que Querétaro ocupa el quinto lugar nacional en cuanto a las llamadas que por violencia hacia las mujeres se recibe en el número de emergencias 911.

Las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública revelan que en Querétaro se registran 242.3 denuncias por cada 100 mil habitantes, y que en el 84% de los reportes, las agresiones se cometieron por problemas de pareja.

El también vocero de la Diócesis lamentó la existencia de violencia, y consideró que ésta ocurre debido a que no se valora la importancia de las mujeres.

Urgió a tomar en cuenta que son trata de una pieza fundamental para el desarrollo de la familia y de la sociedad, y remarcó que en la medida en que se valore a la mujer será posible disminuir las agresiones en su contra.

Enfatizó que, al igual que los hombres, las mujeres tienen una altísima dignidad y que por tanto también debe tratárseles con un alto respeto.

Reconoció la labor que los padres de familia realizan para ayudar a los hijos durante la contingencia sanitaria a cumplir con sus clases virtuales.

El religioso estimo que son sobre todo las mujeres las que realizan ese acompañamiento pues los papás deben salir de casa para cumplir con su trabajo.

Respeto para todos. El sacerdote señaló que todas las personas merecen respeto, y está determinado en la Constitución, quien con respecto al Día Internacional del Orgullo LGBT remarcó que en caso de que alguno de los integrantes de la comunidad LGBTI+ considere que sus derechos son vulnerados puede exigir a las autoridades que se actúe en consecuencia.

Afirmó que la Iglesia católica tiene gran respeto hacia la orientación y decisiones personales.

“Ninguna persona se desprecia por su manera de ser (...), nosotros los católicos, de acuerdo a lo que Jesús nos ha enseñado, también tenemos unas normas morales que observar y que cumplir”.

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