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Como era de esperarse en el día de la madre, las florerías llenas, restaurantes y muchos regalos y celebraciones a la Diosa del hogar, la madre. Pero aparte de las celebraciones, los almuerzos, comidas, flores y regalos; hay algo que siempre perdura, el recuerdo de una madre, y la visita al camposanto para agradecerle.
Al recorrer el mercado Escobedo se observa mucho movimiento en los locales de venta de flores, tristemente, los locatarios comentan, "la venta ha estado baja, un poco más baja que en años pasados, pero esperamos se incremente con el paso de las horas". Así respondían mientras cortaban y montaban flores en los arreglos que desde los 350 hasta los 900 pesos se encontraban, claro dependiendo del tamaño y que tanto lleve.
Por otro parte mientras en algunos es gozo y celebración, en los panteones, el ambiente es distinto, un sentimiento de dolor y añoranza recorre los distintos pasillos del camposanto. Algunos con algunos ramos de flores, otros con arreglos florales, cubetas, escobas y palas, pero todos con un ánimo en común, el ver con el corazón los restos de un ser querido, de una madre, abuela, suegra, tía, etcétera.
Estas fechas nos hacen recordar a quienes nos hacen falta y a festejar a quienes todavía están entre nosotros y podemos abrazar.