El refugio para mujeres en riesgo de feminicidio en Querétaro se consolidó este año como uno de los principales mecanismos de protección, con 20 mujeres atendidas, junto con sus hijas e hijos, mediante un modelo integral que busca garantizar su seguridad y acompañarlas en la reconstrucción de su vida.

La secretaria de las Mujeres, Sonia Rocha Acosta, explicó que el ingreso ocurre únicamente tras un diagnóstico de riesgo, realizado por psicólogas, abogadas y trabajadoras sociales. “Las mujeres que llegan al refugio están identificadas con un riesgo real de perder la vida; nuestro trabajo es acompañarlas de manera integral”, explicó.

El refugio tiene capacidad para 24 familias y recibe únicamente a mujeres mayores de 18 años, además de niñas, niños y adolescentes menores de edad que las acompañan.

En su estancia, que va de tres a seis meses, o más, si es necesario, reciben atención jurídica, psicológica, médica, alimentación, vestimenta y servicios educativos. También se garantiza su movilidad segura para trámites, citas y diligencias legales. “Muchas llegan sin documentos, sin ropa y sin un lugar a dónde ir; aquí les ayudamos a iniciar desde cero, incluso a sacar una credencial de elector”, dijo la funcionaria.

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Rocha Acosta señaló que uno de los desafíos más frecuentes es la dificultad para denunciar debido a experiencias de revictimización y falta de sensibilidad por parte de algunas instituciones.

“Necesitamos espacios adecuados y servidores públicos capacitados; muchas mujeres no denuncian porque no creen que habrá una respuesta. El ingreso al refugio exige que las mujeres interpongan una denuncia y cuenten con medidas de protección”, indicó.

El refugio opera todos los días del año, con un gasto estatal aproximado de cinco millones de pesos anuales, cifra que se complementa con recursos federales.

El presupuesto cubre a psicólogas, abogadas, trabajadoras sociales, enfermería, personal de cocina y seguridad, así como alimentos y servicios básicos.

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