La inteligencia artificial comienza a jugar un papel protagónico en labores de fiscalización y recaudación por parte del Servicio de Administración Tributaria (SAT); sin embargo, su uso aún presenta deficiencias importantes que ponen en riesgo la certeza tributaria para los contribuyentes, advirtió Mario Eric Anaya Arteaga, presidente de la Asociación de Fiscalistas del Estado de Querétaro.
Durante una entrevista, Anaya Arteaga expuso que si bien las herramientas tecnológicas han permitido a las autoridades una supervisión más eficiente y profunda sobre el cumplimiento fiscal, no ocurre lo mismo desde la perspectiva del ciudadano o del contribuyente.
“La inteligencia artificial y la digitalización han servido para que el SAT recaude más, pero no se han traducido en plataformas más amigables ni seguras para quienes deben presentar sus declaraciones”, señaló.
Uno de los principales problemas —según el fiscalista— es la falta de validación en la información que aparece en el portal del SAT, lo que puede generar datos erróneos o incluso comprometedores. “Alguien puede estar solicitando una factura a tu nombre sin que tú lo sepas, o peor aún, timbrando un recibo de nómina como si trabajaras en una empresa en la que nunca has estado. Todo esto ocurre porque no hay filtros ni autorizaciones en el sistema”.
Recalcó que cualquier proveedor puede emitir un Comprobante Fiscal Digital por Internet (CFDI) con el Registro Federal de Contribuyentes (RFC) de otra persona, sin que medie una verificación real de identidad. “Es tan sencillo como que alguien llegue a una ferretería, diga un RFC que no es suyo y le den una factura. El sistema no valida que esa factura sea legítima ni que quien la solicita tenga relación con el RFC al que se emite. Eso genera distorsiones y errores que después aparecen en la declaración anual del contribuyente”, dijo.
Esta situación, lejos de representar un problema técnico menor, tiene implicaciones legales y económicas que pueden ser graves; por ello, hizo un llamado urgente a la población para que no confíe ciegamente en la información precargada por el SAT.
“La tecnología es útil, pero aún no es digna de fiarse al 100%. La información que aparece en la plataforma puede no ser precisa ni adecuada. Y eso, más que una falla de seguridad, representa un riesgo en la calidad de los datos fiscales que el contribuyente tiene que revisar”.
Exhortó a las personas físicas y morales a seguir recurriendo al acompañamiento profesional de contadores y fiscalistas certificados para revisar a fondo su situación fiscal antes de presentar cualquier declaración. También recomendó verificar con detenimiento cada factura, recibo y deducción registrada en el portal del SAT, para evitar sanciones, aclaraciones innecesarias o cargos indebidos.